Cuando las cifras de contagios baten máximos históricos en la pandemia en Balearws, los sanitarios no pueden ser ajenos. De los 442 que pasaron el fin de año en sus casas, 341 eran positivos en COVID, algo que no se había visto en 2021 y una de las grandes preocupaciones para afrontar el pico de enero.    | M. À. Cañellas

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Año Nuevo pero, para muchos, entre las mismas cuatro paredes. Unas 36.800 personas en Baleares se despidieron el viernes de 2021 con instrucciones de estar confinados a causa de la COVID-19. De éstas 23.008, estaban registradas como positivos en la enfermedad y otras 13.800 a causa de ser contactos estrechos, una cifra calculada en base a que cada caso genera cuatro sospechas de las que el 15 % termina positivando la enfermedad.

De los casi 37.000 ciudadanos que recibieron 2022 en soledad, 442 son sanitarios. Una cifra algo más alta de la de hace un año cuando, todavía sin vacunar, había 414 profesionales guardando cuarentena, y un dato que preocupa en especial a las autoridades sanitarias de cara a afrontar la sexta ola. «Los profesionales siempre han tenido un trato especial, sus aislamientos ya eran de siete días cuando para el resto todavía se hacían de 10. También les hacemos prueba de salida para que puedan reincorporarse lo antes posible», explica el portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz.

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Y es que Baleares recibió el año nuevo con cifras máximas de positivos activos simultáneos: 23.008. Mientras que las hospitalizaciones todavía no preocupan (hay 235 personas en planta y 61 en UCI), el peso de las infecciones recae sobre una Atención Primaria extenuada que vigila a 22.712 positivos. Por comparar,    el pico de positivos que llevaron los centros de salud el pasado verano rondó los 15.000.

Tras las fiestas navideñas, la situación tiene visos de empeorar visto que las autoridades baleares no han optado en esta ocasión por las restricciones más allá del certificado COVID y apelar a la responsabilidad individual. «Lo importante ahora es elegir bien el momento de poner las limitaciones en marcha», explica el doctor Arranz. «Si el momento pasa y te equivocas habrá que asumirlo. Hay que preparar el sistema sanitario, porque puede que tenga problemas», reconoce. Según este experto, Baleares no alcanzará el pico de contagios de la sexta ola antes del 15 de enero, que es la fecha en que se verán los resultados de muchos días de movilidad y contacto social.

Respecto a la nueva variante del SARS-CoV-2, que ya circula de forma mayoritaria en las Islas, todavía no hay evidencia científica suficiente para aventurar los cambios que conllevará. Pese a todo, Javier Arranz se muestra convencido de que cambiará el panorama pandémico de 2022. De momento, una nueva web de registros ha substituido el rastreo y seguimiento a los contactos estrechos. En sus primeros días de funcionamiento, más de 5.000 personas han pedido hacerse el test de comprobación.