No serían parques marinos. El Govern no contempla la creación de parques marinos como el de la imagen, en el Reino Unido, sino la instalación de molinos individuales o, como mucho, de pequeños grupos.

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El vicepresidente del Govern y conseller de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes, ha remitido una carta a las secretarías de Estado de Energía y Medio Ambiente, ambas dependientes del Ministerio de Transición Ecológica, en las que pide el impulso a la implantación de la energía eólica marina flotante en Baleares. Con este objetivo, Yllanes propone al Gobierno central que regule el espacio marítimo de las Islas para «establecer zonas que sean aptas para las energías renovables marinas». Según el Plan estatal de Ordenación del Espacio Marítimo, de momento sólo el nordeste de Menorca podría ser susceptible de albergar este tipo de instalaciones, por lo que el conseller pide a Madrid que explore nuevas áreas en el Mar Balear que puedan desarrollar esta energía renovable. En este sentido, señala que «secundamos firmemente la inclusión de diversos polígonos del Mar Balear entre las zonas de uso prioritario para la energía eólica marina».

Yllanes afirma en sus misivas que la eólica marina diversificaría la aportación de renovables para no depender exclusivamente de la fotovoltaica, «que, además de ser insuficiente para conseguir los objetivos que marca la ley, implica la ocupación de suelo. No es deseable basar toda la transición energética en la implantación de energía solar fotovoltaica por las implicaciones que tiene en consumo de territorio». En esta línea, el conseller apunta que «las energías marinas están llamadas a jugar un papel fundamental, más en los territorios insulares».

No anclados

Entrando en detalle, el director general de Energia, Pep Malagrava, ha explicado que «la energía eólica marina flotante consiste en la instalación de molinos que no están anclados en el fondo marino, sino que flotan en el mar y simplemente están sujetos con pesos, los llamados muertos. Este sistema aporta más horas de energía al año que la eólica terrestre y que la fotovoltaica. Su coste incluye la instalación de un cable de conexión con la costa».

Cada molino marino flotante puede producir entre 10 y 15 megavatios, se situarían a unos 20 kilómetros de la costa y pueden tener entre 70 y 100 metros de altura. Sobre los impactos, al igual que la fotovoltaica en suelo rústico, Malagrava indica que «cualquier fuente de energía tiene un impacto. Por lejanías, el impacto visual de estos molinos será casi imperceptible. Por supuesto se elaborarán estudios de impacto ambiental y hay que tener en cuenta que estas instalaciones se pueden quitar sin causar un daño irreversible». El Gobierno central establece que las zonas marinas para la energía eólica flotante deben registrar medias de velocidades de viento a partir de 7 metros por segundo. El Govern propone que estas velocidades se rebajen para que determinadas áreas del Mar Balear puedan ser incluidas.

Punto de vista
Germà Ventayol

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Germà Ventayol

Me sorprende, y de manera favorable, que el Govern acepte la diversificación de las fuentes de energías renovables. Apostar por la energía fotovoltáica en exclusiva supone aceptar la hipoteca de enormes superficies de territorio. Es preciso confiar en la técnica y en los expertos para que se ubiquen los enormes molinos con el menor impacto ambiental y paisajístico posible. Se trata de hacer las cosas bien.

Las claves
  1. Presentado un sistema de energía a partir de las olas

    Este jueves fue presentado el proyecto ROE, que, impulsado por el Clúster Marítim, la UIB y las autoridades portuarias de Balears, Barcelona y València, consiste en turbinas activadas por las olas del mar e instaladas en los espigones. Su desarrollo aspira a ayudas públicas del Gobierno central.

  2. Eficiencia, bajo impacto y actividad silenciosa

    Los impulsores de ROE destacan su bajo impacto, su eficiencia y un funcionamiento constante y silencioso. Puede estar acoplado a escolleras en desuso y su colocación se puede subir o bajar según los resultados de eficiencia. La UIB ha participado en su desarrollo con quince investigadores.

  3. Equivale a 1.200 metros cuadrados de solar fotovoltaica

    Atendiendo su rendimiento y coste, la tecnología de ROE puede producir en cien metros cuadrados la misma cantidad de energía renovable que 1.200 metros cuadrados de solar fotovoltaica. Puede estar funcionando las 24 horas todos los días del año. No es necesario construir nada.

  4. Con bajo coste, modulable y creador de empleos

    Los promotores del proyecto ROE también destacan su bajo coste –no llega a los 200.000 euros por unidad–, su carácter modular –se puede poner y quitar, y aprovechar materiales reutilizables– y, en el caso de Balears, su producción podría dar lugar a 200 empleos directos e indirectos.