Amarres en Cala en Busquets, en el puerto de Ciutadella.

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La comisión técnica de la Comissió Balear de Medi Ambient (CBMA) emitió el pasado jueves un dictamen favorable al Pla General de Ports, elaborado por Ports de les Illes Balears, ente público adscrito a la Conselleria de Mobilitat i Habitatge. Aunque el plan ya había nacido con una vocación de no permitir nuevos puertos ni ampliaciones, el dictamen técnico, pese a ser favorable, hace una serie de consideraciones que no serán obstáculo para su aprobación definitiva, el próximo jueves, por parte de la comisión política de la CBMA, presidida por Antoni Alorda.

El dictamen técnico valora positivamente que el plan ponga orden y frene el crecimiento registrado en los puertos autonómicos hasta 2015. El informe no permite, a nivel general, incrementos en el número de amarres, pero puede admitirlos, mínimamente, en caso de una reordenación de las instalaciones portuarias, no por una ampliación. En cualquier caso, ese mínimo incremento, fruto de una reordenación y no de una ampliación, deberá ser debidamente justificado y contar con una evaluación ambiental. Tampoco se permitirán mayores ocupaciones de las láminas de agua.

Cabe destacar que el Pla General de Ports es el marco global, pero, posteriormente, cada uno de los 59 puertos de gestión autonómica (directa o indirecta) deberá elaborar su respectivo plan específico. Para no permitir nuevos amarres, la comisión técnica    argumenta que hay que tener en cuenta la capacidad de carga no sólo de las instalaciones portuarias, sino también la de su entorno marino, atendiendo a la sensación de saturación que ya existe en el ámbito terrestre.

Sin perjuicio de su informe favorable, el dictamen técnico ha decidido suprimir siete actuaciones que el Pla de Ports sí tenía previstas al considerarlas impactantes: la reordenación de la dársena sur del Port d’Andratx, la creación de una marina seca en el puerto de Serranova (Santa Margalida), la construcción de una rampa en el puerto de Palmanova (Calvià), la recuperación ambiental de una rampa en s’Estanyol (Llucmajor), la mejora de la zona de abrigo y de la explanada de la rampa de gestión directa de s’Estanyol, la recuperación ambiental de la rampa de sa Ràpita (Campos) y la ampliación de la explanada de la rampa de cala Bona (Son Servera).

Otra cuestión que aborda el dictamen es la de las zonas de  fondeo asociadas a los puertos, cuya regulación puede suponer un mayor número de los anclajes legales existentes actualmente, pero debe suponer al mismo tiempo la desaparición de los alegales o no regulados. El resultado final tiene que ser un número inferior a los fondeos que pueden observarse habitualmente. Otro ámbito al que la CBMA concede una especial importancia es el de la gestión de los dragados, para la que exige un plan. Actualmente, no hay ningún vertedero autorizado para los materiales resultantes. La CBMA establece que deberán realizarse análisis de los sedimentos. En caso de obtener arenas limpias (normalmente, en las bocanas), deberán depositarse en áreas adecuadas. Para el resto, el plan deberá fijar una previsión de puntos de vertido que cumplan con la normativa de residuos, todo ello con evaluaciones ambientales.