El incremento del 11,8 % del precio de alimentos y bebidas supera a la inflación del 10,8 %, un dato «tóxico» para el más vulnerable. | Luis Millan

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Hacer la compra es todo un quebradero de cabeza debido a los precios de los productos que cada vez están más altos. Se ve a más familias de Balears que aprovechan las ofertas o miran marcas alternativas a las que solían comprar para ajustar más el presupuesto. La inflación alimentaria es una realidad, lo que explicaría este impacto en productos de primera necesidad.

«En la vida había visto los precios tan altos en los supermercados», dice Nieves Planells, vecina de Palma, justo cuando sale de hacer la compra. Como ella, muchos consumidores tienen esta misma sensación. «He notado una subida de precios sobre todo en el aceite, en los huevos, carne y en el pescado. En mi caso, utilizo vales de descuento y busco también las oferta», comenta la mujer. En julio, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas creció un 11,8 % con respecto a julio de 2021 en Balears, según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) del Índice de Precios de Consumo (IPC). Los productos básicos son los que más han notado este impacto. Los últimos datos oficiales destacan que el valor de alimentos como el pescado se encareció en julio un 8,7 % con respecto al mismo periodo de 2021; la carne de vacunolo hizo un 16,9 %; el aceite de oliva, un 22,1% y los huevos, hasta un 19,1 %.

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Nieves Planells, con una sandía recién comprada. Fotos: Jaume Morey

Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lleva meses advirtiendo de la enorme subida que no coincide con la realidad. Señalan un incremento del aceite de oliva de un 52 %; un 60 % en el caso de la pasta; la carne está ahora un 14 % más cara o un 63,6 % en el caso de los plátanos. Desde Consubal apuntan un crecimiento del 34, 7 % de la cesta de la compra desde el inicio del año, destacando también el huevo, la leche o el aceite los productos más afectados.

Óscar Mas ha notado que gasta de media 100 euros más a la hora de hacer la compra. «Si antes me gastaba unos 300 euros al mes, ahora son 400 euros», asegura. En su caso, este vecino de Palma de momento no opta solo por marcas blancas, pero sí confiesa que «antes sí compraba más variedad de productos y ya no tanto». Cree que los precios son, al menos, «un 20 o 30 % más caros que antes». Joana Cardell aprovecha las ofertas pero sin escatimar: «Sigo comprando lo que necesito, lo mismo que antes, pero he notado mucho la subida, sobre todo en la fruta, huevos y pescado», dice. Espera también que este valor se deshinche y vuelvan a estabilizarse los costes.

Joana Cardell, junto a su compra de alimentos básicos en un supermercado.

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Óscar Mas fue ayer al supermercado para hacer la compra de la semana.

Marcas

La realidad es que las marcas más baratas están cogiendo cada vez más protagonismo. El 52 % de los productos de una cesta de la compra son marcas de fabricante (más baratas o blancas). Así se desprende de los últimos datos del mes de junio publicados por IRi, empresa que investiga el mercado, sobre la evolución de ventas entre marcas de distribuidor y marcas de fabricantes. La realidad de los elevados precios, motivados por la inflación, es que, al final, las familias con menor recurso son las que más notan este incremento y por tanto buscarán soluciones. Es lo que viene a explicar el economista Pau Monserrat: «Tras la inflación de primera ronda, que afectó a la cadena de distribución, vino la de segunda ronda cuyo impacto se traspasó a los precios (el coste del producto). Y ahora lo sufren los productos de primera necesidad y, por lo tanto, el consumidor medio».

Si el INE advierte que el valor de los alimentos es un 11,8 % más caro que en julio de 2021, es que superior al 10, 8% de inflación. «Esto es un índice de toxicidad de la inflación y letal para las capas más vulnerables porque significa que se ha trasladado a los bienes y servicios de más necesidad». Sin embargo, lo importante es que se siga manteniendo la competencia en el mercado y que los sindicatos no trasladen este incremento de los costes a los salarios.