El porcentaje de personas en privación severa en Baleares creció significativamente en el primer año de la pandemia. Ese es el último peldaño del índice de pobreza AROPE, que integra a personas imposibilitadas para acometer gastos básicos. | Teresa Ayuga

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Balears está viendo crecer el número de personas en riesgo de pobreza al tiempo que acumula más y mayores patrimonios millonarios. A tenor de datos que reflejan la evolución del reparto de la riqueza en 2020, la pandemia ensanchó la brecha de la desigualdad generando un caldo de cultivo al parecer propicio para el crecimiento en paralelo de uno y otro colectivo. Según las estadísticas dadas a conocer esta semana por la Agencia Tributaria, el patrimonio medio declarado de más de 700.000 euros en el Archipiélago –exenta la primera vivienda hasta los 300.000 euros– en el primer año de la pandemia fue de 3,9 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 22,1 % respecto a 2019 (3,2 millones). Se trata del mayor incremento de entre todas las comunidades autónomas y el tercer patrimonio medio declarado más alto después de la Comunidad de Madrid (10,3 millones) y Galicia (6 millones). Asimismo, el número de declarantes ascendió a 8.484, un total de 127 más que en el ejercicio anterior. En términos de recaudación por este impuesto, Baleares ocupa la cuarta posición con 68 millones de euros, por detrás de Cataluña (546 millones de euros), Comunidad Valenciana (156 millones) y Andalucía (93 millones).

Mientras el viento iba corriendo a favor de los grandes patrimonios, las rentas más modestas se llevaron la peor parte de la convulsión económica provocada por la COVID-19. El primer año de la pandemia provocó un crecimiento del 46 % de la población en riesgo de pobreza y/o exclusión social en las Islas, el mayor incremento de España y más del doble que la siguiente comunidad en la lista, La Rioja (25 %). El informe de 2020 de la Red Europea contra la Pobreza (European Anti Poverty Network), EAPN-España a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), revela que el golpe del coronavirus sobre las rentas más vulnerables de las Islas no solo fue el de mayor impacto de España, sino que además cortó la progresión positiva que la comunidad había experimentado en el lustro anterior en términos de reducción de la población en riesgo de pobreza. Así, en 2019 el indicador AROPE de riesgo de pobreza había bajado más de 11 puntos desde 2015 (26,3 %), situándose en 15,1 %. Al año siguiente subió hasta un 22 %.

Según la misma estadística, hasta 266.217 residentes de Baleares se encontraban en riesgo de pobreza, es decir, casi 90.000 más que el año anterior. Por lo que respecta a los niveles de pobreza, la tabla ubica a 73.500 personas (el 6,1 %) en la categoría de pobreza severa y hasta 84.000 (6,9 %) en condición de privación material severa. Entre estas últimas, más de la mitad, unas 51.000 (el 61 %), son mujeres. La categoría de privación material severa integra a aquellas personas que se ven en serias dificultades para acometer gastos básicos como el de permitirse una comida de carne o pescado cada dos días o mantener la vivienda a una temperatura adecuada. El avance de los datos de 2021 no contempla una mejora de la situación en ese año, dado que la variación de la tasa AROPE experimentó un incremento del 12 %.