La actividad económica en el Reino Unido se contrajo en septiembre a un ritmo que no se registraba desde enero de 2021 y es probable que el país ya esté en recesión, según el índice PMI Flash Composite de S&P Global y CIPS. Esto afecta a la libra.

TW
1

La Fundació Impulsa Balears, patronales turísticas, representantes de las asociaciones de los touroperadores alemanes y británicos, DRV y ABTA, respectivamente, así como los directores de las Oficinas Españolas de Turismo (OET) en Londres y Berlín coinciden en señalar en que el deterioro de las economías de los dos principales mercados emisores a Baleares va a repercutir negativamente de aquí a final de año y a lo largo de todo el primer semestre de 2023. Esta coyuntura afectará al desarrollo de la próxima temporada de verano de las Islas.

La depreciación de la libra esterlina respecto al euro y el dólar, con mínimos históricos, es la primera fase que indica    que la economía británica no se reactiva y que ha entrado en recesión. «Las dificultades económicas del Reino Unido empeoraron en septiembre, con una caída en la actividad comercial que indica que la economía probablemente esté en recesión», apunta desde la City el economista de S&P Global, Chris Williamson.

El director técnico de la Fundació Impulsa Balears, Antoni Riera, que impartió este lunes una conferencia en Londres, ante la evolución de las economías británica y alemana, afirma: «El turismo es una actividad muy abierta y expuesta a factores exógenos e intangibles que afectan a su evolución. La caída en picado de la libra esterlina por la delicada situación de la economía británica y los primeros indicios de que Alemania va camino de la recesión, no son buenas noticias».

Riera puntualiza que «la desaceleración de la economía alemana y británica no es nada tranquilizador para Balears, ya que estos dos mercados son vitales para toda la industria turística de las Islas. Esta coyuntura propiciará que los ciudadanos opten por quedarse en casa y prioricen otro tipo de cosas ante la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y el encarecimiento de la energía y materias primas». La Fundació Impulsa indica que se necesita «un decalaje de hasta diez meses, pero todos los síntomas de recesión son más que evidentes en Alemania y Reino Unido y esto, guste o no, afectará al sector turístico». Antoni Riera indica que en la Semana Santa de 2023 «se apreciarán estos indicadores    y cómo afectarán».

Hoteleros, transportistas y la patronal de las agencias de viajes Aviba, tras una temporada alta histórica en ingresos y en actividad productiva, indican que la «incertidumbre vuelve a ser un factor que preocupa a toda la cadena de valor turística de Mallorca y resto de islas, se puede decir que salimos de una y nos metemos en otra». Las patronales de los touroperadores ABTA y DRV muestran su inquietud por los efectos de la inflación y pérdida de poder adquisitivo de cara a la temporada 2023. Afirman que las familias alemanas y británicas «habían ahorrado durante la pandemia y este año han optado por irse de vacaciones, pero el próximo año la situación es más complicada y se impondrá el turismo de interioren estos países».

El director de la Oficina España de Turismo (OET) en Berlín, Alvaro Blanco, indica que están a la espera de un estudio de comportamiento de mercado «pero el grado de incertidumbre que hay en Alemania va a ser generalizada de cara a 2023 en todo lo que respecto a la industria turística alemana». El Instituto de Economía Alemana (DIW) ya ha dado esta semana el primer aviso de recesión por la caída del PIB. Alvaro Blanco puntualiza que habrá que esperar a ver «cómo reacciona el mercado alemán ante el deterioro de la economía por el incremento de los costes energético».

Por su parte, Manuel Bütler, director de la OET de Londres, indica que «la depreciación de la libra frente al dólar y el euro perjudica a los destinos turísticos de larga distancia, caso del Caribe o Asia, y es una incógnita para los distintos destinos del Mediterráneo». La evolución de los indicadores económicos en ambos países será determinante para que hoteleros y resto de la oferta de alojamiento turístico de las Illes Balears tengan que actuar para buscar mercados alternativos y paliar, de este modo,    las posibles caídas que se puedan producir tanto del turismo alemán como del británico.