El Grupo Cinológico de la Guardia Civil de Mallorca tiene un equipo de perros especializados en buscar droga. | Alejandro Sepúlveda - ALEX SEPULVEDA SOLER

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La cárcel de Palma cuenta desde hace poco con una nueva unidad canina propia para reforzar a la de la Guardia Civil. Los responsables penitenciarios han intensificado los controles a la entrada del centro para evitar, o al menos minimizar, la entrada de drogas por parte de algunos visitantes, que las camuflan en su cuerpo y después las entregan a los reclusos durante los encuentros programados. El pasado lunes día 19 de septiembre un perro especializado en la detección de estupefacientes marcó a una mujer que iba a visitar a su pareja, un recluso que lleva un tiempo privado de libertad. Tras ser inspeccionada, le hallaron marihuana y hachís, que iba destinada a un módulo donde recientemente murió un preso por sobredosis.

El jueves día 13 de este mes otra mujer fue cazada con 'maría' en su cuerpo, antes de entrar a la visita con su pareja. Las dos arrestadas, al margen del tema penal, han sido castigadas administrativamente con una suspensión de dos años para entrar en la penitenciaría palmesana, según han confirmado en fuentes del centro de la carretera de Sóller. Los investigadores han detectado que algunas de las personas que querían colar las drogas en la prisión las envolvían en tripas de cerdo, para neutralizar su olor y hacerlas indetectables a los perros adiestrados.

Por otra parte, los responsables judiciales y penitenciarios están avanzando en las diligencias sobre la muerte por sobredosis de un interno, en verano. De momento, se ha acreditado que la heroína que consumió la introdujo en ese módulo la mujer de otro interno. Después, el recluso supuestamente mezcló la sustancia con pastillas, lo que le produjo la muerte. La familia, en cambio, siempre ha mantenido que su muerte fue de naturaleza violenta.