Jubilados del Imserso paseando durante un viaje a Mallorca. | C. Castro

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El Gobierno ha cortado de cuajo la posibilidad de ampliar los presupuestos para el programa del Imserso. La enmienda presentada en la Comisión de Presupuestos del Congreso por el Grupo Parlamentario Popular para el «rediseño, reestructuración y mejora» del programa vacacional de la tercera edad ha sido vetada. Eso implica que las partidas económicas para la temporada baja de 2023-24 se quedarán como están: una subvención de 23,50 euros por turista y día en régimen de pensión completa, que el sector hotelero balear considera insuficiente a todas luces para cubrir los costes.

Los hoteleros se quedan así sin posibilidad siquiera de llevar a debate la ampliación de las dotaciones presupuestarias del programa, lo que está provocando, según ha resaltado la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), la desvinculación de muchos establecimientos: de los 40 hoteles inscritos en el programa en 2019, este año hay solo 20, exactamente la mitad.

Modelo desfasado

Mallorca es la isla que concentra un mayor número de establecimientos, un total de diez hoteles repartidos entre las zonas de Playa de Alcúdia, Playa de Muro, Arenal, Can Pastilla, Magaluf y Palmanova. Solo en el Arenal se contabilizan cinco hoteles. Le sigue la isla de Ibiza con otros seis hoteles –Es Canar, Sant Antoni, es Figueral y Santa Eulàlia– y cierra Menorca con los cuatro establecimientos restantes –Ciutadella, Es Mercadal y Punta Prima-Sant Lluís–.

Mundiplan, la operadora adjudicataria, ha tenido muchos problemas para completar el listado de hoteles disponibles y así poder cubrir las 180.000 plazas asignadas al archipiélago balear.
El programa padece a juicio del sector hotelero, una crisis de modelo marcada por una oferta desfasada que precisa de más dinero para ser sometida a un replanteamiento más actualizado.
La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, advirtió que la participación de empresas en Balears se iba a ver inevitablemente reducida debido al creciente desfase entre precios y costes. De ahí su defensa de una actualización «acorde a los nuevos tiempos».

«Desde que se creó el programa ha habido más o menos empresas que han estado adheridas, tanto por los atractivos que ofrecía para el alargamiento de la temporada, como por la creación de empleo y función social que prestaba», señaló Aguiló para añadir que, no obstante, «las condiciones de estos viajes apenas han evolucionado y se necesita una reformulación de precios y concepto para que sea viable y atractivo».

El conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, Iago Negueruela, se reunió la pasada semana con el secretario de Estado de Derechos Sociales precisamente para reclamar una oferta de mayor calidad en los viajes del Imserso y que los mayores sueldos en la hostelería balear no acaben constituyendo una penalización para la comunidad, ya que, a día de hoy, supone una desventaja obvia traducida en el desinterés hotelero por un programa con el que gastan más de lo que ingresan