La calificación de la Fiscalía considera que los pasajeros que protagonizaron el motín actuaron de forma coordinada a través de un grupo de Facebook y que forzaron el aterrizaje de emergencia con la falsa crisis diabética de uno de ellos. | Efe

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La Fiscalía califica como un delito de sedición el motín en el avión de Air Arabia Maroc y la fuga de 23 pasajeros por las pistas del aeropuerto de Palma. En el escrito solicita una condena de cinco años de cárcel por este delito para cada uno de los 22 acusados que protagonizaron la fuga. Otros dos encausados son residentes en Mallorca investigados por ayudar a dos de los fugados. En total, el Ministerio Público reclama penas que superan los 112 años de prisión.

Con el delito de sedición pendiente de la modificación del Código Penal que se tramita en el Congreso, la Fiscalía plantea una calificación alternativa: la de que los hechos fueron un delito de coacciones en concurso con el delito de sedición específico de la normativa aérea. En ese caso, la condena que solicita es de tres años de cárcel. Además, incluye un delito leve de maltrato y suma en exclusiva para el pasajero acusado de fingir una enfermedad un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

La calificación recuerda que la fuga por la pista el cinco de noviembre de 2021 obligó al cierre del espacio aéreo durante cuatro horas y afecto a 81 vuelos, de los que 41 fueron cancelados. Insiste en que existió una «situación de peligro» y una «situación sin precedentes en el espacio aéreo europeo que alcanzó notoria publicidad y repercusión internacional». Para la Fiscalía, los 25 pasajeros que participaron en la fuga, de los que tres no han sido detenidos aún, actuaron de forma coordinada según las directrices que se publicaron en el grupo de Facebook ‘Brooklyng’.

PALMA. INMIGRACION. La fuga de 20 pasajeros de un avión obliga a paralizar el aeropuerto de Palma.
El interior del avión.

Así, describe que, al llegar al territorio español, uno de ellos, Yassine Jaouhari, fingió una crisis diabética, una enfermedad que más tarde en prisión se acreditó que no padecía. Según el escrito fue atendido por otro pasajero sin titulación médica acreditada que fingió ser doctor y que dijo que estaba en un «condición mortal inminente», lo que desencadenó el aterrizaje de emergencia. Una vez en tierra, los acusados iniciaron un «grupal alboroto en el reducido espacio disponible de una aeronave», comenzaron a gritar y a empujar hacia la puerta, «no obstante de su obligación de permanecer sentados en el interior, tal y como había sido expresamente indicado por la tripulación».

La calificación describe que generaron una «situación de caos» con empujones y zarandeos hasta que consiguieron salir al exterior pasando por encima de la tripulación y de los dos trabajadores de tierra que estaban a pie del aparato. A uno de los tripulantes le dislocaron el hombro. Una vez en tierra, huyeron a la carrera por las pistas, lo que forzó el cierre del espacio aéreo. Ese mismo día fueron detenidos catorce, entre ellos el falso enfermo y su acompañante que intentaron la huida en Son Llàtzer. El resto fueron detenidos en las semanas siguientes en Mallorca y uno hace pocos meses en Barcelona.