Los médicos de Atención Primaria de Balears votaron a favor de ir a la huelga si no se ponía remedio a su carga laboral. | M. À. Cañellas

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Una de las exigencias más importantes que hacían los médicos de Atención Primaria para evitar la huelga en enero era limitar los pacientes de sus agendas profesionales, como ya se hace en otras comunidades. Éste punto y otros, también relevantes para el sector, se están discutiendo en estos momentos por parte del sindicato y el IB-Salut y Miguel Lázaro, presidente del Simebal, cree que es posible llegar a un acuerdo. «Quiero poner en valor la capacidad de negociación y diálogo demostrada por Manuel Palomino (director general del IB-Salut) en varias reuniones donde hemos encontrado una serie de puntos de encuentro», señala.

Lázaro ha avanzado esta entente en una entrevista en Canal 4 en la que ha admitido que, si los acuerdos acaban bien, el horizonte de la huelga se aleja. Consultado por este periódico, el portavoz de Simebal destaca que su máxima en la negociación es que «se retribuyan todas las actividades asistenciales realizadas por los médicos». En este sentido, el modelo de limitación de agendas pasa por poner un cupo máximo de pacientes que ver por jornada y remunerar aparte a todos los ciudadanos atendidos de más. Si el tope fuera de 25, como ahora se solicita, a cada médico que vea hasta, por ejemplo, 40 pacientes por día se le pagaría aparte el excedente.

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Otro de los puntos importantes que se están discutiendo es el incremento salarial del colectivo que se traduciría en aumentar el plus de productividad variable. Si bien ahora se paga entre 50 y 400 euros, en función de los objetivos, se discute «retribuirla como toca», algo que según Miguel Lázaro, iría de los 1.000 a los 3.000 euros.

Con estos avances, los médicos de Atención Primaria consideran que se escucha parte de sus propuestas. Significaría, por un lado, una mejora retributiva y por el otro, una limitación a su carga laboral. Además, creen que se llegará a un acuerdo para realizar campañas de sensibilización con la profesión, para recuperar la buena imagen de la gerencia y el colectivo y para reducir una creciente violencia contra los sanitarios.