El juez José Castro en una imagen de archivo llegando a los juzgados. | Efe

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El juez José Castro, magistrado del caso Nóos, que firmó el viernes junto a otros 22 juristas de Balears un escrito dirigido al presidente del Gobierno Pedro Sánchez invitándole a incluir la renuncia de la inviolabilidad en el discurso de Navidad del rey Felipe VI, habla por primera vez sobre su apoyo a este movimiento.

¿Por qué el magistrado del caso Nóos pide junto a otros 22 juristas de Balears al presidente Sánchez que el Rey renuncie a su inviolabilidad?
— Yo no escribí la carta al presidente, no participé en la redacción, pero sí que me adherí porque estaba y estoy de acuerdo con su contenido. No se trata de un acto individual, sino de un acto compartido de muchos juristas que creemos que es necesario que el rey renuncie a la inviolabilidad.

¿Le sorprendió que no renunciara a ella el sábado?
— Quizá se pensó ingenuamente que el Rey podría anunciarlo en su discurso. Nadie confiaba realmente en que lo hiciera. El Rey... no sé qué aportación personal hace a su discurso. Y cuando hablo hablo a título personal, no en nombre de ningún colectivo. Algo me dice que el Rey revisa el discurso, pero que quizá no lo escribe. Lo que tenemos claro es que ha de obtener el beneplácito del presidente del gobierno».

Imagino que precisamente por eso dirigieron la carta al presidente Sánchez. ¿Han obtenido alguna respuesta?
— No. Personalmente nunca confié en que el sábado renunciara a la inviolabilidad en su discurso pero sí que esperaba alguna respuesta de Presidencia del Gobierno, aunque fuera un acuse de recibo, una pura cuestión protocolaria y de educación.

¿La iniciativa de los juristas de Balears ha tenido respuesta entre juristas de otras comunidades?
— No, que yo sepa.

¿Usted siempre vio la necesidad de revisar la inviolabilidad del rey o es algo que surgió a raíz del caso Nóos?
— El caso Nóos despertó algo que estaba ahí disimulado, un concepto solapado, o intencionadamente disfrazado. Hasta ese momento pienso que la mayoría de la ciudadanía no sabía que el rey era inviolable y sobre todo su extensión. Porque a continuación en el artículo 64 habla de los actos propios de la función del Rey. Hacer extensiva esta inviolabilidad a los actos privado es algo que a la mayoría de juristas y ciudadano (salvo los monárquicos de siempre) les parece que está fuera de lugar.