Imagen de Villa Ribot, situada en Capdepera. | Booking.com

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El precio medio de las casas rurales de Balears es el mayor del país, con una tarifa en torno a 73,3 euros por persona y noche, mientras que, pese a la inflación generalizada que sufre el país, donde estos alojamientos mantienen el coste por unos 32 euros, el mismo que el año pasado, según un estudio del portal de reservas Clubrural.com.

El barómetro que ha presentado esta compañía, que cuenta con 14.000 alojamientos, advierte de que hay variaciones entre comunidades y los precios más altos se registran en las Islas Baleares (73,3 euros), seguido de la Comunidad de Madrid (36) y País Vasco (35). Del estudio se desprende que Cataluña (23,7 %) sigue siendo el destino favorito para hacer turismo rural, seguido de Castilla y León (12,5 %) y Andalucía (11,7 %).

Además, están cambiando los hábitos de los viajeros y crecen las reservas realizadas con 1 o 2 meses de antelación (42 %), mientras que descienden las de última hora con respecto a 2021. Por fechas, más del 34 % de las peticiones se registra durante los meses de julio y agosto, mientras que diciembre acapara el 15,2 %.

En cuanto a los extra, los servicios con más solicitudes son los alojamientos «pet friendly», aquellos con «piscina climatizada» y los que cuentan con zonas infantiles o son idóneas «para ir con niños». En líneas generales, la valoración media nacional sobre los establecimientos es bastante positiva con una puntuación de 4,4 sobre 5. Sobre esta categoría, destacan los alojamientos de Galicia y País Vasco con una puntuación de 4,7. A través de todos los datos recabados y otros informes relacionados, en el barómetro se identifican oportunidades para el crecimiento del sector como las nuevas tendencias de viajeros eco-conscientes, el enoturismo y la creciente solicitud de alojamientos que permiten mascotas.

El entorno rural ofrece la facilidad de viajar de forma sostenible, ya que el 22,7 % de los propietarios ya cuenta con placas solares para el suministro de su alojamiento y el 20,4 % tiene intención de instalarlas a medio plazo. Además, al ser un turismo de proximidad, se reduce el impacto ambiental causado por el transporte.

Por último, se observan algunas amenazas que pueden afectar al sector como son la crisis energética y la despoblación. Ante la subida del precio de la electricidad, gas y petróleo que afecta al sector, los propietarios buscan alternativas como la instalación de estufas de pellets, placas fotovoltaicas y calefacción de agua por caldera, han detallado en este informe. Además, se identifica una tendencia a la domotización o automatización de alojamientos rurales, relacionado con el encendido y apagado de electrodomésticos para el ahorro energético.