La actividad de buceo en cuevas representa el 17,2 % de las salidas para inmersiones en las dos islas | R.D.

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Un estudio de diversos científicos del Centre Oceanogràfic de Balears (Mercè Morató, Carla Quiles-Pons, Sandra Mallol, Ignacio Baena, Nuria Rodríguez de la Ballina, Susana Díez, Francesco Maresca, Anabel Muñoz, Enrique Real y David Díaz), cuantifica en más de 40.000 las inmersiones realizadas al año por submarinistas en las cuevas marinas sumergidas o semisumergidas de Mallorca y Menorca.

El estudio se centra en el Hábitat Comunitario 8330, denominado así por la Unión Europea para referirse a las cuevas marinas. Los datos se recogieron en el verano de 2019, pero han sido publicados recientemente por la Societat d’Història Natural de les Balears.

Los investigadores identificaron 164 cuevas marinas en las dos Islas, 56 de las cuales se localizan en el Lugar de Interés Comunitario (LIC) del Canal de Menorca, que abarca, en líneas generales, desde Formentor hasta la Punta de n’Amer, en Mallorca, y desde el norte de Ciutadella hasta casi toda la costa de Migjorn, en Menorca. Precisamente, Menorca es la isla con mayor densidad de cuevas, con 0,16 por cada kilómetro de costa. Trece cuevas (el 8 %)      presentó frecuencias medias de visitas muy altas, de más de 900 submarinistas al año. La frecuencia del submarinismo en una cueva responde, principalmente, a la proximidad de la misma a un centro de buceo (57,1 %) y a su accesibilidad, facilidad y amplitud (48,6 %).

Los objetivos del estudio son: generar un mapa de cuevas marinas y su frecuentación, analizar la actividad del buceo recreativo en éstas y cuantificar su importancia, así como la percepción del impacto generado. Más allá de eso, a partir de la investigación se pueden determinar, consensuadamente, medidas de gestión y conservación con la aportación de la participación ciudadana.

Los investigadores realizaron encuestas en 39 centros de buceo activos en Mallorca y Menorca,    normalmente pequeñas y medianas empresas que trabajan desde una sola localización y durante unos siete meses al año (abril-octubre), siendo julio y agosto los de mayor actividad.

Según el trabajo de investigación, la actividad de buceo en cuevas representa el 17,2 % de las salidas anuales para inmersiones en las dos islas, pero algunos centros afirman que las cuevas representan hasta la mitad de su actividad. No obstante, cabe destacar que los grupos en cuevas son menos numerosos que los de inmersiones en otros hábitats al tratarse de un buceo más técnico. A la hora de elegir una lugar de inmersión, la presencia de cuevas y túneles es de interés para los centros de buceo, pero el factor más importante son las condiciones ambientales del momento y, en segundo lugar, la experiencia de los clientes. Un dato importante del estudio es que más de la mitad de los centros de buceo encuestados indicó que desconocía la protección de este tipo de hábitats.

El apunte

Seminarios para minimizar los impactos

La mayoría de los centros manifestó estar dispuestos a participar en seminarios sobre    efectos del buceo en cuevas y medidas para minimizar impactos. En el I Congrés sobre Àrees Marines Protegides de la Mediterrània Occidental, celebrado en Palma el pasado octubre, se dio el dato de que el buceo recreativo en las reservas marinas de Balears registró 69.000 inmersiones en 2021, el triple que en 2005.