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El debate político se ha visto sacudido por la polémica surgida en Castilla y León acerca del plan antiabortista de la comunidad. En plena campaña preelectoral, el tema ha servido para marcar posiciones entre los partidos en un tema que levanta controversia. A nivel regional, los partidos de Balears han fijado firmes sus posturas. En Vox Balears no hay fisuras con Castilla y León. El candidato de Vox al Parlament, Jorge Campos, ha asegurado este martes a Última Hora que: «Nuestra postura no puede ser más que la misma que la de nuestro compañero, el vicepresidente Juan García-Gallardo. La izquierda ha conseguido el absurdo de que se plantee si escuchar el latido fetal de un bebé es un ataque a la mujer. Están enfermos, no se puede decir de otra manera. Lo importante en nuestro país es proponer serias medidas provida y pronatalistas ante el invierno demográfico que se nos viene encima. Y desde luego, ayudar a las mujeres a que sean madres si así lo desean. Los mismos que ponen el grito en el cielo son los que sueltan a violadores en las calles con sus leyes. Si eso es defender a la mujer, mejor que se estén quietos».

La candidata popular al Govern balear, Marga Prohens, se ha referido al tema del día en una rueda de prensa en Palma este martes por la mañana. Prohens no ha querido alimentar el debate -que considera interesado por parte de Vox de cara a la precampaña electoral-, pero defiende parte de las medidas propuestas por Castilla y León (cuya consejería de Salud está en manos del PP). Aseguran desde el PP balear que se han ampliado los servicios como opción voluntaria y siempre bajo consentimiento médico para todas aquellas mujeres que lo deseen, no solo para las que quieran interrumpir su embarazo. Remarcan, además, que lo que les preocupa, en cuanto a la protección de las mujeres, es la Ley del Solo Sí es Sí, debido a la bajada de condena e incluso liberación a condenados por agresiones sexuales. Desde El Pi, su vicepresidenta, Xisca Mora, ha rechazado «cualquier acción que pueda ir contra la de la libertad de las mujeres en cuanto a su capacidad para decidir», aunque desde el partido también se han mostrado críticos con lo que consideran una postura «centralista» del Estado: «Cuando no les va bien una cosa no respetan el poder autonómico», en relación al comunicado del Ministerio de Sanidad, que alentaba a la comunidad a abstenerse de aplicar las medidas. Patricia Guasp, líder de Ciudadanos en las Islas y portavoz nacional de la formación naranja, ha trasladado una contundente oposición al respecto de la iniciativa: «La propuesta de Vox en Castilla y León sobre el aborto es lo más liberticida que se puede hacer. La Administración no puede intervenir nunca ni condicionar las libertades y los derechos individuales».

En el extremo político contrario, los partidos de la espectro de izquierdas coinciden todos en un absoluto rechazo a la propuesta de castellanoleonesa. Silvia Cano, secretaria de Igualdad del PSIB-PSOE, ha cargado duramente contra Vox y PP: «Me gustaría recordar que en Baleares la señora Prohens votó una ley de protección de las mujeres embarazadas que interfería de la mano de entidades ultraconservadoras en la decisión de las mujeres, cuando el señor José Ramón Bauzá era presidente. Ahora estamos viendo cómo el Partido Popular, de la mano de la extrema derecha, están poniendo otra vez en jaque los derechos y libertades de las mujeres y asistimos con mucha preocupación a este intento de interferencia de los derechos de las mujeres en una comunidad dónde están gobernando». Y anima a la líder de los populares en Baleares a desmarcarse claramente «y decir de que lado está: con la ley o con VOX».

En Podemos Balears advierten del riesgo de dejar entrar a Vox en las instituciones. Lucía Muñoz, secretaria de feminismos de la formación en las Islas declara que: «Esto es solo un aviso de lo que nos espera aquí en Baleares si Marga Prohens gobierna: un gobierno con Vox, que menoscaba los derechos de las mujeres y todos los avances conseguidos estas décadas». Marta Carrió, portavoz de Més per Mallorca, concuerda con esta visión, asegurando que en el partido están «totalmente indignados ante unos planteamientos moralistas que suponen una agresión y una tortura emocional hacia las mujeres». Carrió ha defendido que hacer oír el latido del corazón del bebé a una mujer que pretende abortar pone en duda su capacidad para tomar decisiones sobre su propio cuerpo.