Una mujer en una consulta de un centro de Atención Primaria. | Jaume Morey

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El Sindicato Médico se atreve a dar una cifra económica a la parte del acuerdo que se firmó el pasado 22 de diciembre con el IB-Salut y que afectaba a Atención Primaria: 8 millones de euros. «Lo sabemos por la extrapolación de lo que se ha firmado en Aragón, que es prácticamente igual, y por tanto deducimos que es la misma cantidad», señala el presidente del Simebal, Miguel Lázaro.

En su día, ni la consellera de Salut, Patricia Gómez, ni el gerente del IB-Salut, Manuel Palomino, se arriesgaron a confesar qué cantidad presupuestaria se destinaría a este acuerdo por los muchos factores a tener en cuenta en el cálculo. Los ocho millones responderían únicamente a los puntos que afectan a la Atención Primaria que no es poco, pues el pacto de ámbito más global logró enfriar una amenaza de huelga en esta gerencia.

Entre los beneficios que reporta a los profesionales de los centros de salud está el incremento de las horas de guardia, o la retribución por cada paciente de más que vea el médico de cabecera más allá de las 35 consultas diarias. Aunque todavía no se está aplicando ni ha sido aprobado por el Consell de Govern.

Se trata de varios puntos económicos y otros tantos organizativos que lo que querían es fidelizar y atraer a profesionales a una gerencia que en los últimos años ha quedado desprestigiada. Desde el Sindicato Médico recuerdan, de hecho, que apenas un tercio de los Médicos Internos Residentes (MIR) que se forman en Familia se quedan trabajando en los centros de salud.

El diagnóstico de la Primaria es sencillo, faltan médicos. Y es que se está creando la tormenta perfecta, por un lado, incrementan las jubilaciones de una generación muy numerosa y, por otra, con muchos licenciados que se marchan a otros países europeos con la promesa de mejores condiciones laborales. Salut estima que en 2025, dentro de dos años, este balance a nivel de todo el colectivo médico dejará un saldo negativo de unos 450 profesionales menos en Baleares. Con este panorama, una amenaza de huelga en Primaria y las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, se gestó un acuerdo millonario que calmaba al sector.

Lo que se firmó el mismo día de la lotería de Navidad ha servido de ejemplo, posteriormente, a otras comunidades autónomas en las que en enero sí hubo huelga de médicos de Familia. La paz social en este ámbito se estima en ocho millones y ha permitido retribuir todas las actividades asistenciales de estos profesionales, algo que hasta ahora no se hacía. «¿Esto soluciona que los pacientes vean a sus sanitarios en menos tiempo? No, pero es el camino. El modelo de Atención Primaria debe ser refundado y necesita a más profesionales», reconoce Lázaro, quien asegura que el objetivo es común al de la administración y los ciudadanos.