Una mujer cogienda naranjas en un supermercado de Menorca. | Gemma Andreu

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El pasado 28 de diciembre la malla de tres kilos de patata lavada del supermercado Día costaba 2,99 euros. El 4 de enero, una semana después, y tras la reducción del IVA aprobada por el Gobierno para los alimentos frescos o de primera necesidad durante el primer semestre del año, el mismo producto pasó a costar 4,22 euros. El incremento fue del 41 %. Esta cadena elevó el precio de tres de los 60 alimentos básicos inspeccionados por el Govern, mientras que en otros dos supermercados lo incrementaron en 10 y 17 productos, respectivamente.

La dirección general de Consum de Baleares decidió hacer un testeo en las grandes cadenas para conocer si se aplicaba la rebaja de IVA. No sólo detectó un incremento de según qué precios en las siete empresas vigiladas sino que hubo productos considerados básicos cuyo precio seguía igual. «No tenemos capacidad para hacer un seguimiento de todos los productos porque la cadena alimentaria es muy compleja. Sólo podemos comprobarlo con los datos que te dan las empresas, que son parte interesada», explica Félix Alonso, responsable del seguimiento. Se revisaron las siete grandes superficies más importantes de Mallorca «y, efectivamente, comprobamos que en muchos productos no habían bajado el IVA, y en otros habían subido el precio», añade.

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También es cierto que entre los casos revisados ha habido discrepancias porque «hecha la ley, hecha la trampa», admite el director general que pone el ejemplo de los garbanzos. «No bajaron el precio porque si están hervidos, o en lata entienden que no toca, ahora lo elevamos al Ministerio que tendrá que resolver quién tiene razón». El conjunto del estudio, reconocen desde Consum, no es malo. Sin embargo se han encontrado con muchos trucos para no repercutir en el producto esta popular medida.

El impuesto sobre el garbanzo sólo se aplica en la compra en seco o a granel. Por otra parte, la leche queda exenta de IVA siempre que no sea con soja, omega 3, avena u otros aditivos que van más allá del producto básico. «No hemos podido comprobar el pequeño comercio pero nos consta que hay panaderías que han seguido cobrando lo mismo», señala Alonso. Otra de las justificaciones que se han encontrado es que entre los productos vigilados antes del 1 de enero los había en promoción y, tras la rebaja del IVA, subían al terminar la oferta. El control, por lo tanto, es dificultoso.