Los cruceros supone para el tejido productivo de Palma un importante volumen de negocio. | M. À. Cañellas

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Un estudio realizado por la consultora Deloitte, por encargo de la Comisión Europea, para analizar el impacto del turismo de cruceros en Europa y en los principales puertos del Caribe en 2019, concluye que los puertos de Balears son los más rentables de Europa debido al impacto que tiene este sector. En el caso de las Islas -en el año previo a la pandemia- fue de 468,6 millones de euros.

Este volumen de gasto, del cual 254 millones son directos y el resto indirectos en toda la cadena productiva de servicios, es muy superior al que contabilizaron los puertos de Bergen (72,3 millones), Copenhague (160,2 millones), Hamburgo (147,5 millones), Lisboa (107,1 millones), Marsella (268,8 millones), Estocolmo (179,5 millones), Tallín (130,4 millones), La Valeta (136 millones), Cortk (40,2 millones) y Costanza (1,7 millones). Balears es únicamente superado por los puertos de Miami (885,3 millones) y Saint Marten (577,9 millones), en el Caribe.

El director para España de Cruise Lines International Association (CLIA), Alfredo Serrano, puntualiza que el informe de la Comisión Europea actualiza la información que había disponible hasta la fecha en cuanto al impacto económico de los cruceros en Balears. El último informe, realizado en 2017 por la Autoritat Portuària de Balears, la Cámara de Comercio de Mallorca y la UIB cifró en 256,6 millones el impacto económico.

Serrano asegura que «sabíamos que los turistas de crucero son personas que se interesan por la cultura, que visitan Palma y otros lugares de las Islas, que además lo hacen acompañados por guías turísticos. Y con un gasto medio de 213 euros por persona es evidente que es un tipo de turista muy rentable para el destino. Esto demuestra el tipo de turista que realmente viaja en los cruceros, cuyo gasto supera al que se pensaba hasta la fecha».

En relación con el impacto global de la industria, Serrano indica que los 468,6 millones de euros «es el 25 % del impacto económico total de los cruceros en los puertos de la Unión Europea analizados en el estudio». En su opinión, esto tiene una incidencia muy importante en la economía local, y en el empleo: «Hay muchas empresas y familias que directa o indirectamente viven o se benefician de esta actividad, de ahí que desde CLIA siempre hemos pedido rigor a la hora de hablar del sector, porque hay un tejido empresarial muy diverso que depende de él y también hay que protegerlo».

Deloitte finalizó el estudio en diciembre del pasado año y ha sido dado a conocer recientemente en Bruselas. Serrano apunta que el impacto económico «es muy importante y es un dato que debe conocerse, ya que demuestra el tipo de turista que realmente viaja en crucero, que no tiene nada que ver con lo que algunos, faltando a la verdad y malintencionadamente, dicen que es».

Sostenibilidad

La sostenibilidad social y económica de la industria es vital, tanto ésta como la sostenibilidad medioambiental han sido abordadas por la consultora en su comparativo de los puertos analizados. Así, el estudio de la consultora concluye que la industria de los cruceros «lidera la transformación verde del transporte marítimo y apuesta por la innovación de cara a desarrollar tecnologías que permitan reducir su huella medioambiental a todos los niveles».

En este sentido, «la descarbonización es una prioridad absoluta: la industria se ha comprometido a llegar a cero emisiones netas de carbono en 2050». Para lograr esta meta, el sector de los cruceros está trabajando con diferentes entidades para afrontar uno de los principales escollos: desarrollar nuevos combustibles sostenibles, seguros y que estén disponibles a escala. A su vez, y además de continuar equipando sus barcos con sistemas que permitan la conexión eléctrica a tierra, apuesta por el gas natural licuado (GNL), el combustible marino más sostenible en la actualidad. «Este permite eliminar las emisiones de óxidos de azufre y reducir la emisión de partículas en suspensión (PM) más de un 95 % y de óxidos de nitrógeno en un 85 %», afirma el director de CLIA en España.

El informe de la Comisión Europea complementa al realizado por la APB, Cámara de Comercio y la UIB, de ahí el valor añadido que tiene como documento informativo del impacto de esta industria, que durante la pandemia vio paralizada su actividad en todo lo concerniente al turismo de cruceros internacionales. La patronal CLIA, en este sentido, ha querido dar a conocer el impacto en un ejercicio normal, como 2019, en el que los puertos de Balears acumularon un total de 2,2 millones de cruceristas. Ahora, con las regulaciones pactadas de escalas no se podrá llegar a esta cifra ni en 2023 ni 2024, pero a partir de este último año la situación puede dar un vuelco según evolucione la demanda.