La situación del catalán en Europa depende en buena medida de lo que disponga el Gobierno. | Efe

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En plena resaca del Acampallengua, con los ataques de Vox señalando el acto de Joves de Mallorca per la Llengua como «aquelarre catalanista» y voces a favor del mismo, se conmemora un nuevo Día de Europa, una efeméride ideal para reclamar que el catalán goce de un estatus de oficialidad en el seno de la Unión Europea (UE).

Este martes Plataforma per la Llengua ha recordado la cita y ha reafirmado su compromiso. «Seguimos reclamando que el catalán debe ser una lengua oficial en la UE» indican desde la entidad social, que ha impulsado un manifiesto, El català, llengua oficial ara!, que ha alcanzado 45.000 firmas así como el apoyo de entidades significativas, tanto de Baleares como de Cataluña.

«La oficialidad no es una cuestión menor: supone un instrumento legal y político para proteger a las lenguas minorizadas ante la presión creciente de la globalización y de las nuevas tecnologías y formas de comunicación», señala la ONG del catalán, a la vez que subraya que lenguas con muchos menos hablantes sí gozan de pleno reconocimiento en las instituciones comunitarias. El primer paso para que cambie su situación pasaría porque el Gobierno de España lo solicitara.

Al respecto, Plataforma per la Llengua señala que «el catalán es la 13ª lengua de la Unión Europea en número de hablantes, y su dominio lingüístico abarca a tres de sus Estados miembros, pero no está reconocida como lengua oficial de la Unión. Por el contrario, lenguas con muchos menos hablantes, como el finlandés, el danés, el maltés, o el gaélico —en este caso, con 260.000 hablantes—, sí que forman parte del club de las veinticuatro lenguas oficiales de la Unión Europea».

Según los activistas, la diferencia en la protección de las lenguas europeas radica de lleno en la voluntad política de los Estados miembros, una voluntad que en el caso de nuestro país se expresará en las urnas en distintas convocatorias repartidas a lo largo del año. Precisamente, en este mismo 2023, España asume la presidencia rotatoria de la UE, un momento que podría ser propicio para ensalzar la riqueza lingüística nacional.