Vista aérea de la urbanización de S'Algar en Menorca. | Javier

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Como sucede con las viviendas edificadas en suelo rústico, en Baleares no hay un censo cerrado del número de piscinas construidas, pero los últimos datos fiables que se poseen son del año 2019 y entonces la cifra llegaba a las 70.000 instalaciones. Desde ese año, el GOB ha realizado un estudio en el que estima que se autorizan una media de 17 instalaciones de este tipo por semana.

Si las estimaciones de la entidad que preside Margalida Ramis son ciertas, en todos estos años se han autorizado cerca de otros 5.000 equipamientos, por lo que la cifra ya rondaría las 75.000 piscinas en las cuatro islas.

Sin embargo, a esta cantidad habría que añadir las numerosas que se han construido durante todos estos años de manera ilegal y que ya se pueden legalizar gracias al proceso extraordinario iniciado con el decreto ley de simplificación administrativa.