ECONOMÍA

La tregua de los aranceles no alivia la preocupación de la economía balear

EE.UU. es el tercer proveedor de mercancías del archipiélago y el noveno destinatario de productos ‘Made in Baleares’

Camiones desembarcando de un ferry en el puerto de Palma. | Redacción Local

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Se aplazan los aranceles del 20% pero la incertidumbre se mantiene. Aunque la tregua de 90 días anunciada por Trump y secundada por la Unión Europea en la guerra comercial iniciada por el mandatario estadounidense supone, al menos, un respiro, lo cierto es que la ofensiva arancelaria del inquilino de la Casa Blanca afectará directamente a las empresas del archipiélago con un incremento de los costes de las exportaciones y pondrá en riesgo la balanza comercial de Balears con Estados Unidos.

La reciente subida arancelaria del 10% impuesta por el gobierno estadounidense a las importaciones procedentes de la Unión Europea ha encendido las alarmas en diversos sectores de la economía balear. Aunque el impacto global sobre las exportaciones isleñas podría parecer limitado a primera vista, algunas industrias concretas podrían sufrir consecuencias económicas significativas.

Según datos de la Direcció General d’Economia, Hisenda i Innovació, las exportaciones del archipiélago balear a Estados Unidos entre 2017 y 2024 apenas representaron el 2% del total de las ventas al exterior. En estos años, Estados Unidos se situó como el noveno destino comercial de las Islas, con exportaciones acumuladas por valor de 312 millones de euros. Esta cifra contrasta con los más de 2.500 millones exportados a países como Alemania o Francia.

Los productos más exportados a Estados Unidos en este periodo fueron la goma de garrofín, con 48,1 millones de euros (17,4% del total), seguida del calzado (34 millones, 12,3%) y los productos de perfumería y cosmética (15 millones, 5,4%). Estos tres sectores concentran más de un tercio e las exportaciones isleñas al país norteamericano. También destacan, aunque en menor medida, las ventas de obras de arte, muebles, productos lácteos y ropa. Sin embargo, no todos estos productos han mantenido su cuota de mercado estadounidense tras la pandemia. Mientras que el calzado, los lácteos, los muebles y la joyería han conservado presencia, otros como la goma de garrofin y los perfumes han retrocedido.

Importaciones en alza

En el apartado de las importaciones, Estados Unidos se ha consolidado como el tercer proveedor de las Baleares entre 2017 y 2024. El peso de estas importaciones ha sido altamente variable, oscilando entre menos del 4% en 2019 y más del 22% en 2022, en parte debido a la crisis derivada de la guerra en Ucrania.

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Entre los productos más importados destacan los equipamientos de navegación aérea (124,2 millones de euros), productos químicos y farmacéuticos (108,3 millones), frutos secos (55,6 millones) y maquinaria para energía (46,6 millones). Estos cuatro bloques suponen alrededor del 20% de todas las compras baleares a Estados Unidos durante el periodo.

Las empresas baleares que dependen de estos productos podrían ver cómo se encarecen significativamente sus costes de producción si los nuevos aranceles se aplican de forma generalizada, especialmente en sectores con márgenes reducidos que no pueden repercutir fácilmente esos costes al consumidor final.

Desde 2017, la balanza comercial balear con Estados Unidos ha sido consistentemente negativa, salvo en 2020. El déficit alcanzó su punto más alto en 2022, con 460 millones de euros. Esta volatilidad refleja la dependencia de productos estratégicos importados frente a unas exportaciones aún limitadas en volumen y diversificación. En cualquier caso, y a pesar del bajo grado de exposición global de la economía balear al mercado estadounidense, la subida de aranceles puede tener un efecto considerable en sectores específicos. La goma de garrofin, el calzado o los productos farmacéuticos podrían ver amenazada su competitividad o disponibilidad.

La marcha atrás de Trump con la subida de los aranceles ha llevado al Govern a congelar alguna de las partidas previstas para el plan de choque de seis millones de euros que anunció esta semana: «Nos tendremos que acostumbrar a estos vaivenes y a una incertidumbre que nunca es buena para la economía, porque crea inestabilidad en el mercado», asegura la directora general d’Economia i Estadística del Govern, Catalina Barceló. «En cualquier caso, vamos a acompañar en todo momento a los sectores afectados porque no es fácil cambiar de mercado de un día para otro», añade.

Barceló admite la preocupación del Govern por cómo pueden repercutir los aranceles en el turismo: «es pronto para ver las consecuencias, pero todo indica que se va a ralentizar el crecimiento. Debemos estar pendientes de Alemania, Reino Unido,Francia,Italia...porque si les va mal a nuestros mercados emisores nos irá mal a nosotros».