ECONOMÍA

El turismo de Estados Unidos hacia Baleares resiste el ‘efecto Trump’ mientras el país pierde visitas

Se teme una caída en ambos sentidos si las relaciones diplomáticas siguen empeorando

El alcalde de Palma, Jaime Martínez, durante su presentación en el viaje a Nueva York el pasado febrero para promocionar Ciutat entre el mercado estadounidense. | Redacción Local

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La guerra arancelaria de Donald Trump contra el mundo en general y contra Europa en particular ha provocado una cadena de seísmos en la economía global de la que, hasta ahora, la industria turística parecía, hasta ahora, más o menos a salvo. El sector sigue con atención la evolución de la demanda en uno de los principales mercados emisores emergentes; si bien esta todavía no da muestras de alteraciones, si lo están haciendo ya los viajes en sentido inverso.

«Todo es muy variable con Trump, no tenemos ni idea de como va a estar todo en dos meses», admite Antonio De Toro, Country Sales Manager en España de United Airlines, que este año ampliará frecuencias y asientos de su conexión entre Palma y Nueva York. «De momento no estamos tomando ninguna medida» en base a posibles perturbaciones en la demanda, ya que, simplemente «no estamos notando ningún cambio de tendencia».

Las reservas de vuelos y paquetes vacacionales de EEUU hacia Baleares han estado mostrando un buen comportamiento y, hasta hace poco, todo apuntaba a que esta temporada iba a ser muy propicia para establecer un nuevo récord en llegadas de ese país a las Islas. En 2024 fueron 279.205 los estadounidenses llegados a las Islas, un 1,2 % más que el año anterior, con un importante crecimiento hacia Menorca (51 %) y hacia las Pitiusas (27 %). Mientras que en términos de volumen de llegadas, EEUU ni siquiera estaría entre los diez principales países emisores de Baleares, en cuestión de gasto ocupa la sexta posición con más de 700 millones de euros el año pasado. Las previsiones a principios de año indicaban que llegadas y gasto iban a seguir aumentando, pero todas esas previsiones están ahora sujetas con pinzas.

Por lo pronto, el presidente de la patronal de agencias de viajes de Baleares, Pedro Fiol, señala que la venta anticipada para esta temporada ha sido buena. A día de hoy, no evidencia síntomas de retracción. El sector, no obstante, no pierde detalle de uno de los mercados emergentes clave para la transición hacia un turismo de mayor calidad, gasto y valor añadido, tal y como se han encargado de subrayar hasta la saciedad instituciones públicas y privadas. «No es que haya una alarma generalizada, pero sí que hay expectación sobre si todo esto va a tener un impacto sobre el turismo de EEUU», explica Fiol para añadir que las compañías aéreas implicadas en estos posibles virajes de la demanda siguen sin modificar sus programaciones.

Por contra, «sí que se está empezando a notar cierta reticencia a viajar hacia EEUU, se percibe inquietud al respecto». Las recientes políticas del país hacia el turismo han estado contribuyendo a ello, antes incluso de la llegada de Trump al poder. Por ejemplo, la Administración Biden fue la responsable de incluir destinos turísticos como Cuba en su listado de países promotores del terrorismo. Eso convierte en sospechosas a las personas que hubieran viajado al país caribeño en los últimos años, por lo que un español que quiera entrar en EEUU después de haber visitado Cuba el año anterior debe pasar por una o dos entrevistas en la Embajada de EEUU en Madrid y pagar un visado de casi 200 euros. Joe Biden retiró a Cuba del listado poco antes de dejar el cargo, pero Trump revocó su decisión.

Si las relaciones diplomáticas con la UE continúan deteriorándose, eso también podría acabar influyendo en los viajes hacia el viejo continente. «Si no existe tanta fluidez diplomática entre gobiernos, algunos turistas se lo piensen dos veces antes de viajar hacia un país en el que ya no se sienten tan seguros; se preocupan, por ejemplo, de todos los inconvenientes en el caso de que sufrieran un problema médico o cosas por el estilo», explica Fiol.

EEUU registró hasta un 12 % menos de visitas turísticas en el mes de marzo con respecto al mismo mes del año anterio. Asimismo, las pernoctaciones llegaron a reducirse un 17 %. Según un análisis del Financial Times, los viajes desde algunos importantes emisores europeos como Irlanda, Noruega o Alemania registraron un retroce de hasta el 20 %.

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, señaló en su visita a Mallorca hace unos días que «de momento y según los datos que tenemos, parece que el turismo está un poco al margen de los debates sobre política comercial arancelaria». No obstante, Hereu indicó que los dos últimos meses «no reflejan esta preocupación, pero en todo caso, es evidente que en España y en Europa hay preocupación y mucha actividad a la vez».