Tragedia silenciosa en el Mediterráneo: 31 cuerpos recuperados de las costas baleares hasta junio

Las autoridades alertan sobre el dramático incremento de hallazgos de cadáveres en playas y aguas de Mallorca, Ibiza y Formentera durante los primeros seis meses del año

Una embarcación de Salvamento Marítimo. Algunos de los hallazgos se han producido en alta mar | Foto: Redacción Local

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El archipiélago balear se ha convertido en testigo silencioso de una tragedia humanitaria que no cesa. Entre enero y junio de 2025 las autoridades han recuperado un total de 31 cuerpos sin vida en aguas y playas de las Islas, presumiblemente víctimas de naufragios durante intentos de travesías irregulares desde el norte de África.

Según los informes oficiales proporcionados por la Delegación del Gobierno en las Islas Baleares, durante el primer trimestre del año se localizaron 15 cuerpos. A esta cifra ya alarmante se han sumado otros 16 fallecidos encontrados entre el 13 de abril y el 4 de junio, dibujando un panorama desolador que refleja los peligros mortales de la ruta migratoria del Mediterráneo occidental.

La isla de Formentera se ha convertido en uno de los principales puntos de localización de estos cuerpos. Durante los primeros meses del año, al menos cuatro cadáveres fueron encontrados en sus costas: dos en la playa de es Cavall d'en Borràs el 7 de enero, otro en la playa de sa Torreta (islote de s'Espalmador) el 15 del mismo mes, y un cuarto en la orilla de la playa de s'Alga el 3 de febrero.

El final de mayo y principios de junio han sido especialmente trágicos para la pequeña de las Pitiusas. Tan solo entre el 31 de mayo y el 2 de junio, se localizaron cinco cuerpos en sus aguas y playas: dos en aguas circundantes y uno en la playa de Migjorn el 31 de mayo, otro en la zona de la isla de Espardell el 1 de junio, y un quinto en la playa de Sant Francesc el día siguiente.

Cronología de una tragedia en el mar balear

Los hallazgos se han distribuido por todo el archipiélago balear, con una frecuencia alarmante que dibuja un mapa del dolor por las islas:

- 13 de abril: un cuerpo fue localizado en aguas de Escorca y trasladado al puerto de Sóller.

- 15 de abril: otro cadáver apareció flotando en el canal entre Ibiza y Formentera.

- 7 de mayo: se halló un cuerpo a 3,5 millas del puerto de Sóller, en la Serra de Tramuntana.

- 9 de mayo: doble hallazgo con un cuerpo a 16 millas al suroeste de Formentera y otro a seis millas al oeste de la misma isla.

- 12 de mayo: localización de un cadáver a 3 millas de la isla de la Dragonera.

- 13 de mayo: aparición de un cuerpo sin vida en la isla de sa Conillera, cerca de Ibiza.

- 16 de mayo: rescate de otro cadáver a 1,5 millas del faro de Formentor.

- 28 de mayo: localización de una persona fallecida cerca de la isla de Dragonera.

El último registro oficial corresponde al hallazgo del 4 de junio en aguas de Ibiza, frente a la costa de Cala Jondal (Sant Josep), cuya identificación está pendiente de confirmar.

El desafío de la identificación y el drama humanitario

Uno de los aspectos más dolorosos de esta situación es la dificultad para identificar a las víctimas, dado el estado en que sus restos arriban a las costas. Las autoridades y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajan con la hipótesis de que se trata de migrantes que perecieron durante travesías irregulares desde Argelia hacia las costas españolas. Sin embargo, la falta de documentación y el deterioro de los restos complican enormemente la labor de investigación.

El contexto de la migración irregular

Esta situación se enmarca en un contexto más amplio de migración irregular hacia España, donde las rutas marítimas siguen siendo utilizadas a pesar de sus evidentes peligros. El Mediterráneo occidental, y particularmente la ruta entre Argelia y Baleares, se ha convertido en uno de los corredores migratorios con mayor índice de mortalidad.

Según datos de organismos internacionales, miles de personas arriesgan sus vidas cada año intentando alcanzar las costas europeas a través del Mediterráneo. Las cifras oficiales probablemente representen solo una fracción de la realidad, ya que muchas embarcaciones desaparecen sin dejar rastro. Los expertos señalan que factores como la inestabilidad política, la crisis económica y el cambio climático en los países de origen seguirán empujando a muchas personas a emprender estos peligrosos viajes, a menos que se implementen políticas migratorias más efectivas y humanitarias, en un contexto donde el rechazo a las políticas de asilo es creciente en nuestro entorno más inmediato.