Radenovic. El pívot del Menorca trata de convertir una canasta con la oposición de Lishchuck - Gemma Andreu

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No habrá milagro porque el tiempo se agota y el Menorca no pudo obtener el premio preciso ayer al generoso derroche que volvió a realizar frente a un grande de Europa, el PE Valencia, al que zarandeó en la primera parte, para acabar fundido en la segunda (65-74).

Como consecuencia, el grupo de Olmos puede ser matemáticamente equipo LEB ya la próxima semana si vuelve a perder en Madrid ante el Estudiantes y sus rivales suman un nuevo triunfo.

El equipo menorquinista padeció el rigor arbitral en momentos determinados y sobre todo, la gama de recusos defensivos del Valencia de Pesic que se fue a por el partido cuando supo atacar todas las alternativas defensivas que había preparado Olmos durante la semana y que le dieron resultado en el primer tiempo.

Asistimos de salida, probablemente, a los mejores 10 minutos del Menorca en lo que va de campeonato. Olmos, que puso a Sanders por Limonad en el cinco inicial, sorprendió con una defensa en zona alternando a la de asignación para descomponer a los valencianos.

El combinado de Bintaufa apareció en la cancha con un apetito voraz. Esa defensa de libro le permitió adueñarse del rebote defensivo, el arma principal del Valencia, y dejarle atrás en el marcador. Con 9-2 a 5'49 Pesic tuvo que parar el partido pero el Menorca, dueño de los rechaces, incrementó su renta gracias, además, a su acierto en el perímetro –tres triples- para alcanzar un 21-7 sorprendente que finalizó en 21-9.

Pesic había dado entrada, al mismo tiempo, a De Colo y Navarro por un apagadísimo Cook y Rafa Martínez, mientras Lishchuk reforzaba la pintura. Pese a que la renta local llegó a los 15 puntos (24-9) al inicio del cuarto, a partir del base francés el Power mejoró sus prestaciones principalmente desde el tiro libre por el exceso de personales señaladas a los menorquinistas y los puntos en el poste bajo.

Limonad pasó al '1' tras cometer Ciorciari su segunda falta (27-15) y el Valencia, de nuevo con un inspirado Rafa Martínez en cancha, inició la reacción. Otegi y Caio ocuparon la pintura y el rigor en el rebote defensivo ya no fue como en el primer tiempo. Dos regalos arbitrales por faltas discutibles a Victor y Otegi permitieron contraer el marcador hasta un 34-27 con el que se alcanzó el descanso al tiempo que los árbitros –Cardús, siempre ella- eran despedidos con una sonora pitada.

Nació otro partido en la reanudación gracias a la aportación de Richardson. Once puntos prácticamente consecutivos del espigado alero equilibraron el luminoso (36-36 a 6'16) tras un parcial de 2-9. El PE Valencia, bien movido ahora por Cook y posteriormente por De Colo conseguía consumar la remontada con un 2 más uno de Rafa Martínez (40-42, a 3'48) porque el Menorca había perdido el aro de vista en sus lanzamientos y el cuadro ché lucía su fortaleza en el rebote que ya dominaba. Olmos había sustituido a Victor, muy enfadado por el cambio, para que Diego Sánchez tratara de neutralizar a Richardson.

El Menorca aguantaba el tipo aunque al final del cuarto y tras sucesivos empates entraba en el último tramo dos abajo (49-51).

Acusó el Menorca el enorme desgaste de un partido físico en el que Pesic había podido regular el esfuerzo de los suyos rotando a sus cuatro pívots.

Con Caio Torres en estado de gracia, formando pareja ahora con Victor, el Menorca ejemplarizó el canto del cisne a 5'44 del final cuando se puso por última vez por delante (58-57). A partir de ahí, los triples de De Colo y la omnipresencia de Rafa Martínez situaron un parcial demoledor de 1-13 (59-70) que liquidaron el partido a poco menos de dos minutos para el final.

El derroche del grupo de Olmos no había tenido premio frente al completo equipo valenciano que empujó un poco más al Menorca hacia el abismo.