Rubén Pascual, el nuevo director técnico del CD Alcázar, expone el libro de estilo con el que afrontará el mayor desafío de su carrera | Javier Coll

TW
22

El Alcázar estrena nuevo ciclo. No en apariencia ni esencia, pero sí en sustancia. Rubén Pascual Gomila (Maó, 1986), formado como jugador y técnico en el otrora club de Es Freginal, reemplaza a Rafa Llopis para asumir la dirección técnica de una entidad cercana a cumplir los 70 años de existencia y que mantiene insobornable su apuesta por la base como razón de ser. Un cambio de rostro para «un continuismo absoluto», expone Pascual, apasionado de la materia y con el que abordamos distintos aspectos referentes a la actualidad del club rojo y del baloncesto local.

A su ascensión al cargo en detrimento de Llopis, ocurrida en junio, intuida y esperada, no dio en cualquier caso ni pronta ni sencilla respuesta. «Aceptar la propuesta del club fue una decisión importante, tuve que pensármelo. Pero me vi con el valor necesario, también por mi relación con Bonvehí y José Luis Alonso, los dos máximos referentes del club, con los que he congeniado mucho durante estos dos últimos años. La posible falta de experiencia la supliré con ilusión y trabajo, y si es necesario, dedicaré 30 horas diarias al Alcázar», relata el nuevo 'jefe' de la factoría roja.

Preguntado por su 'libro de estilo', Pascual alude al mismo como un reflejo de lo realizado por el Alcázar en sus tiempos más recientes. La cantera es el pilar. «Mi idea es mantener la línea del club, ser muy continuista. Me he impregnado de Bonvehí, Arbalejo, Héctor... intentaré seguir la línea marcada por ellos, aunque es verdad de que trataremos de introducir algunas cosas, o en este caso, recuperar, como la vinculación con los colegios de Maó, aportando un monitor en las escuelas y fomentando el deporte», relata el joven técnico.

[Lea el reportaje completo en la edición impresa o en Kiosko y Más o My News]