Producto local. La plantilla del Jovent combina juventud y cierta dosis de veteranía con un denominador común; todos sus jugadores vinculan algún momento de su pasado con el club. Competir sin fijarse miras en la clasificación será su objetivo. | Javier Coll

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Los estragos causados por la crisis económica, desde una panorámica deportiva, los concentró en la Isla la desaparición del Menorca Bàsquet, ocurrida hace ahora algo más de dos años. Pero otros capítulos derivados de la crítica coyuntura financiera se registraron en la latitud insular, como la dura caída experimentada por el Jovent. El club de Alaior se mantuvo durante el decenio y pico que hilvanó desde finales de los 90 hasta 2011 como la segunda fuerza del circuito insular, con una evolución en cierto modo paralela, en segundo plano respecto a la misma, a la SAD de Maó.

La presencia del Jovent en este contexto se debe a la inexistencia de una liga insular 'de mínimos', y el proyecto de plantilla que ha promovido comulga absolutamente con su realidad, de marcada austeridad económica. Un bloque de ingente presencia canterana fortalecido con el retorno de uno de sus 'hijos pródigo', Nacho Ayala -el ala-pívot no se encuentra todavía recuperado al 100% de su lesión- y las incorporaciones de los veteranísimos Calçapeu y Xavi Conde, ambos ex del club, de 41 años de edad y retirados, que han descolgados las 'zapas' para convertirse en la dosis de experiencia que todo equipo precisa. Del estado físico que muestren a lo largo de la temporada dependerán en gran medida las opciones del Jovent, un clásico que está de vuelta en la competición balear.