Los jugadores del Sant Lluís serán la próxima temporada de EBA estatal a todos los efectos | Javier Coll

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El escenario deseado. El retorno del baloncesto balear al ámbito competitivo catalán de liga EBA ha dispuesto, lógicamente, una excelente acogida en el espectro menorquín, muy especialmente en el seno del CCE Sant Lluís, el principal beneficiado y que podrá materializar, de un modo real, el ascenso consumado hace ahora un año al cuarto nivel estatal, después del extraño formato al que ha sido abocado en el curso recientemente finalizado, con una primera fase de carácter balear sin trascendencia y una segunda fase con rivales de Valencia y Murcia de apenas dos meses de duración.

De septiembre de 2015 a mayo de 2016, el Sant Lluís podrá disfrutar, al igual que Pla y Andratx, de una competición de auténtico y pleno impacto estatal. «Estamos muy contentos. Es el premio a todo por lo que estuvimos luchando el año pasado», valora el presidente de la entidad menorquina, Rosendo Pons. El dirigente extiende su satisfacción por «todo el baslet menorquín y balear, por lo que involucra este cambio para todos los equipos». No en vano, la incertidumbre con la que han convivido nuestros clubes a lo largo del último bienio, sin una meta a la que acceder en caso de triunfar en el contexto balear, queda como un mero –y duro– recuerdo.

Un regreso que en cualquier caso apremiará la exigencia competitiva al Sant Lluís, por la dureza y nivel de los rivales –la catalana sobresale como la conferencia de EBA más exigente del país– y por el número de descensos previstos (hasta cuatro equipos perderán la categoría).

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