Ortiz, un veterano que siempre da la cara, ante el Arenys. | Javier Coll

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«Si algo me ha dolido, si se ha de destacar un aspecto negativo, es que en algún momento la actitud nos ha fallado muchísimo. Sabíamos que como equipo éramos claramente inferiores al resto, pero ni nos tendríamos que haber planteado que nuestra obligación era dar el 300% en cada partido». Miki Ortiz, uno de los capitanes del Menorca Talaiòtica Sant Lluís, habla claro a la hora de analizar una situación que se atisba prácticamente irreversible a ocho jornada para concluir la fase por la permanencia. La pérdida de la categoría.

El veterano ala-pívot reflexiona sobre una temporada compleja y dura, «el equipo ha vivido con mucha tensión todo el año. Todas las condiciones nos han sido desfavorables». Voz autorizada del vestuario, por experiencia y compromiso, Ortiz apunta que «cada semana había una novedad y siempre era negativa. El grupo ha convivido con una ansiedad creciente que no nos ha ayudado a afrontar los partidos».

El jugador mahonés está seguro que «con un estado anímico diferente, los resultados podrían haber sido perfectamente otros».   Ortiz explica que a estas alturas del curso el grupo «tiene asumido el papel que nos ha tocado. El descenso está casi asegurado, pero al menos queremos la recompensa de ganar los partidos de casa».
La dimisión de Xavi Carreras y la vuelta al banquillo del primer equipo de Joan Martínez Escala ha tenido su incidencia. «Ha cambiado la dinámica negativa. No se reflejado en los resultados, pero en el día a día el cambio ha sido radical», asegura Ortiz, quien destaca el hecho de la vuelta del técnico de Gavà, «es muy loable asumir un proyecto en esta situación. Demuestra ser una persona de club, porque es una decisión que no estaría dispuesto a tomar cualquiera. Por aceptar esta responsabilidad merece un monumento y darle las gracias eternas».

En el aspecto de pista, «nos ha liberado de esa ansiedad y se nota un ambiente más relajado». Sobre aspectos más técnicos,«precisamos de una cierta adaptación. Aunque los conceptos que ha introducido Joan son sencillos, es una dinámica diferente que requiere de un tiempo que no tenemos».

En cualquier caso, aparcada la clasificación «porque la permanencia está complicada», el grupo trabaja para obtener «una recompensa anímica. Queremos disfrutar del deportes que nos gusta los dos meses que restan de competición». El Martorell es el próximo rival (sábado, 16h) para «aplicar las nuevas directrices y, mínimo, competir todo el partido».