Comandados por un magnífico Llull, los de Laso se escaparon de salida, con un juego muy rápido y una férrea defensa | Efe

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El Real Madrid equilibró la final (1-1) tras el buen partido firmado en el Palau Blaugrana (70-90), donde entre Gustavo Ayón (19 puntos, 6 rebotes, 20 valoración y 9/9 en tiros de dos) y Sergio Llull (20 puntos, 4 asistencias, 18 valoración) prácticamente se bastaron para derrotar al Barcelona, que fue siempre a remolque en el marcador.

El mal primer cuarto de los de Xavi Pascual (12-28) fue un lastre irrecuperable para los catalanes que, pese a situarse en disposición de disputar el partido en el tercer cuarto (52-57), cedieron ante un rival que siempre estuvo un par de pasos por encima.

La puesta en escena del Real Madrid fue fabulosa. Comandados por un magnífico Llull, los de Laso se escaparon de salida, con un juego muy rápido y una férrea defensa que no permitieron el juego exterior a los azulgrana.

La ventaja fue creciendo en cuanto Sergio Llull tomó las riendas de la situación. Anotó el menorquín más puntos en el primer cuarto (13), que todo el Barça (12). Con la entrada en cancha de Felipe Reyes, el pívot madrileño capitalizó las capturas en ataque, y dio bolas extras a los suyos. Gustavo Ayón estuvo igual de eficaz y la diferencia se disparó hasta el 15-37, a 6.25 minutos para el descanso.

Un par de puntos de inflexión azulgranas les permitió bajar de la barrera psicológica de los diez puntos (52-57). Se la jugaron más en defensa, creyeron en su juego exterior, equilibró el rebote y Llull no tuvo tanto protagonismo.

A la hora de la verdad, al Real Madrid no le tembló el pulso. Con un parcial de salida 1-12 dejó el partido decidido (59-78) a seis minutos para la conclusión. Definitivo.