Jan Orfila sobresale como el gran bastión del equipo. | Pilar Pellicer

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Tres derrotas consecutivas, dos de ellas ante el Muro, la tercera frente al filial del Palma Air Europa, es el balance cosechado por el Bàsquet Menorca ante rivales de su nivel –ambos equipos integran la conferencia C de liga EBA, aunque se encuadran en el grupo C-B– en su último tramo de preparación. La semana que ayer inició surge como preámbulo al estreno oficial, el domingo en Ses Canaletes ante El Olivar, jovencísimo equipo, filial del Tecnyconta Zaragoza de ACB, y que alcanzará al conjunto que entrena el catalán Joan Martínez Escala sin estar en plenitud de sus posibilidades.

El registro preparatorio, aritmeticamente poco satisfactorio, arroja, entienden en el seno de la entidad insular, ciertas sombras, pero también luces, y en ningún caso genera alarmismo alguno.

Nada más lejos, puesto que en ninguno de los amistosos ha contado el equipo lluïser con todos sus efectivos, como tampoco la mayoría de los integrantes del equipo disfrutan aún del punto físico idóneo. Encajar al grupo dentro de la idea táctica de Martínez Escala y eclosionar todo el caudal de recursos que este acumula son otras dos asignaturas a medio camino de ser aprobadas a pocos días de entrar en competición. Pero más importante todavía; en Ses Canaletes han detectado las carencias del equipo, los aspectos a mejorar, y a partir del trabajo ya realizado, asumen el propósito de enmienda para tratar de brindar el domingo el mejor estreno ante el filial maño.