Miriam Rollán se prepara para lanzar un tiro libre | M.R.A.

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El Unami Club Polideportivo de Segovia, equipo de la Primera División femenina de Castilla y León-Extremadura, marcha con paso firme hacia el ecuador del calendario. Su expediente, tras la celebración de diez jornadas, registra un inmaculado 10-0 en el casillero de victorias/derrotas. Es, claro está, el líder del grupo y entre los mejores exponentes del equipo que entrena Esther Muñiz figura la menorquina Miriam Rollán.

En la ciudad del acueducto, en la tierra del cochinillo asado, la baloncestista de Maó alimenta, con sólidos argumentos, el sueño de impulsar a su equipo hacia el ascenso a la Liga Femenina 2, un objetivo que se ha resistido al club segoviano en los últimos cursos y que pretende sea una realidad a través de un proyecto ambicioso diseñado con toda la intención de subir de categoría.

«Estamos muy satisfechas de como hemos conectado en la pista, teniendo en cuenta que la plantilla sufrió una transformación importante, y esa buena relación se traduce en el marcador», analiza Miriam mientras consume sus últimos días de descanso en la Isla.

El Unami cuenta con un colchón de dos victorias sobre su más inmediato seguidor, el Universidad de Salamanca, y de cuatro sobre un grupo de cuatro rivales, «nos espera una segunda vuelta dura, cada partido será una guerra. Seremos el equipo a batir y hay que estar preparadas para mantener esta ventaja». La competición está aún por definir, aunque es probable que el primero del grupo juegue un 'play-off' con los equipos de Galicia y Asturias, antes de la fase de ascenso final.

Miriam, que estudia inglés y entrena al júnior femenina, cuenta con la total confianza de la entrenadora, que la incluye en las rotaciones de '4', «solo le pido que me avise, para mentalizarme». Es la polivalencia de una jugadora que en Irlanda creció como directora de juego.