Andreu Matalí ejecuta un gancho ante el Ciutadella, en un partido de la temporada anterior | Gemma Andreu

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Incertidumbre y deseo se concentran en el estado de ánimo de los protagonistas, directos e indirectos, en puertas de la primera jornada de la fase inicial, grupo interislas, de la Primera División masculina (Primera Balear), bautizado desde hace tres temporadas como Trofeo Gabriel Hurtado.

Dudas a la hora de colgar el cartel de favorito -¿Ciutat d'Inca, quizás?-; ansias por iniciar la liga «buena» tras una pretemporada excesivamente larga, camuflada al amparo de una competición local.

Menorca, finalmente, comparece en el escenario autonómico con cinco representantes, por tan solo tres de la isla de Mallorca. En cualquier caso, el equilibrio competitivo parece servido en función de los resultados cosechados en las citas previas locales, aunque es un referente relativo para la nueva fase, y pendientes de la capacidad evolutiva de cada grupo.

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