Llull se dirige a la afición del Madrid tras anotar un triple.

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Sergio Llull no falla en su acostumbrada cita con la final ACB, a la que accede por séptima vez en su trayectoria profesional y sexta de forma consecutiva tras pulverizar a Unicaja por la vía rápida en semifinales (3-0; la resolución, el domingo anterior en Málaga). El base mahonés, que recientemente cumplió una década como jugador del Real Madrid, buscará ahora el que significaría su quinto cetro en la Liga Endesa y tercero consecutivo para ilustrar una hegemonía que no exhibe el conjunto blanco desde los albores de la competición ACB (el equipo merengue, entonces dirigido por Lolo Sainz, se embolsó los primeros tres títulos promovidos bajo el auspicio de la patronal de clubs, entre 1984 y 1986; nunca más la 'casa blanca' ha detentado tamaña regularidad en la cúspide nacional).

Además de la posibilidad de instaurar un yugo que el baloncesto español no ha conocido en las últimas dos décadas -el Barça, entre 1995 y 97, fue el último en 'tripitir'-, el contexto asimismo varía para Llull y el Madrid en relación a sus propios precedentes, en tanto que la ausencia de los 'blaugrana' de la gran final por primera vez en las últimas once temporadas hará que la que deviene sea la primera que afronta el cuadro blanco sin el adversario catalán por rival.

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