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Un equipo en crecimiento, no exento de sensaciones positivas, pero asimismo con déficits a corregir, inherentes al periodo de preparación en que se encuentra, más si cabe al no disponer todavía de todas las piezas del puzzle. Es la lectura que más y mejor se ajusta a la realidad del Hestia Menorca luego de que el equipo insular haya disputado su primer par de partidos amistosos en la actual pretemporada, el pasado fin de semana en Amorebieta, Vizcaya, ante el Juaristi ISB gipuzkoano (frente al que sucumbió por 68-58) y el Zornotza vizcaíno (al que superó por 82-89), sendos ‘sparrings’ de LEB Plata, integrados en la conferencia Oeste y que podrían cruzarse nuevamente con el cuadro menorquín en la segunda fase de la temporada.

Un pequeño stage en el norte de la Península que desde el club de Bintaufa evalúan de forma positiva, «con muy buenas sensaciones», a pesar de que en el mismo no se ha podido contar con el concurso del pívot Duby Okeke ni del escolta Garret Covington, pendientes ambos de que se resuelvan sus problemas burocráticos –en el club esperan que su incorporación se produzca, al fin, esta semana–, por lo que en ese sentido la compenetración entre los elementos del colectivo no está avanzando como gustaría y precisaría el cuerpo técnico.

Pero la doble cita en Euskadi, si bien con un Hestia Menorca que lógicamente queda aún lejos de su mejor estado físico y en cuanto a automatismos tácticos refiere –restan tres semanas para que la temporada oficial alce el telón–, dejó entrever los primeros trazos de la versión de equipo que augura para la nueva campaña, sobre todo al segundo día, en la victoria sobre el Zornotza, con unos estáticos más pausados y una defensa más solvente y ajustada, advirtiéndose una evolución del colectivo, en todos los aspectos, en relación al primer encuentro.

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