Panorámica exterior del Pavelló Menorca, hogar del Hestia, en cuya fachada se ha aplicado una mano de pintura durante estos días. Aclaran desde el club que la mejora no responde a la posibilidad de que la cancha vuelva a ser sede ACB, sino a las necesidades de la misma.

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Desde el momento en que este diario desveló en exclusiva el pasado jueves que Menorca optaba a ser sede de la fase final que decidirá el título de campeón ACB –si el coronavirus lo permite–, la actualidad baloncestística en la Isla se disparó de inmediato como eje de interés. Medios de comunicación radicados en la vecina Mallorca, de ámbito autonómico y nacional, así como las principales cabeceras deportivas del país se hicieron eco de una información que situaba nuestra Roqueta, nueve años después de perder su plaza en la primera liga, nuevamente bajo el foco de la misma. Por de pronto, Maó y la Isla se alineaban junto a Madrid, Valencia, Andorra, Barcelona o Canarias, –y de Pamplona y Almería, asimismo aspirantes.

Enclaves cuyo punto en común es obvio; pretenden albergar el novedoso plan que de forma puntual para esta temporada ha urdido la primera liga para resolver la ecuación por el título de campeón –a la par que se estableció dejar desiertas las plazas de descenso. El formato estará sustanciado por doce equipos divididos en dos grupos, con posterior fase semifinal y final a duelo único, para un programa de 33 partidos –unas dos semanas de duración– concentrado en un único recinto, que de cuajar la oferta insular resultaría el Pavelló de Bintaufa, hogar del Hestia Menorca y antigua plaza ACB.

Un modo exprés de cerrar la temporada que, a falta de que la ACB detalle a los clubs o destinos que han mostrado interés por ejercer de sede el pliego de condiciones a cumplir para tal fin, reclama una serie de requisitos que en la Isla no solo tienen conciencia de alcanzar, sino que incluso en determinados matices consideran se supera al resto de candidatos.

Puesto que además de contar con un pabellón con bagaje ACB, la Isla dispone de una estructura hotelera capacitada para acoger el tonelaje humano comprendido por plantillas, técnicos y directivos, además de miembros de la organización, árbitros y medios de comunicación (que oscilaría entre 400 y 450 personas). Destacar en ese orden que al poco de la noticia ver luz desde el sector hotelero insular se contactó con el Hestia Menorca, mostrando pleno interés por la opción ACB –en principio los equipos deberían hospedarse en hoteles de mínimo cuatro estrellas; se contabilizarían de 6.500 a 7.000 noches.

Y si a la propuesta insular se le cuestiona su viabilidad dada la ausencia de suficientes pabellones para que una docena de plantillas puedan establecer su ‘centro de operaciones’ o en la falta de vuelos, la réplica del Hestia Menorca rebosa argumentos.

«Con un par de ajustes y colocando los aros adecuados, Sant Lluís, Alaior, Ferreries, Es Mercadal o el Polideportivo de Maó son espacios en que los equipos puedan entrenarse», deslizan desde Bintaufa –donde se hace un cálculo de ocupación de dos pistas por equipo.

En cuanto a la conexión aérea, en el Hestia Menorca analizan que no aflora como problema, sino al contrario, y lo interpretan como un factor a su favor, ya que «¿de jugar en la Península, no deberán desplazarse en avión los clubs canarios, o en autobús y tren otros equipos?», se preguntan en Bintaufa, donde entienden que el riesgo «existe» al instante en que se viaja, sin importar destino, pero al tiempo indican Menorca como lugar menos conflictivo en parangón a otros.

«Tenemos un aeropuerto que dispone de los controles sanitarios más precisos y una baja incidencia de la pandemia (apenas se rebasa el centenar de casos confirmados, con once decesos registrados); y para cualquier compañía podría ser una buena publicidad fletar viajes a un destino seguro como es Menorca, que se blindaría en temas de higiene y también disfrutaría de una excelente promoción como territorio seguro», revisan desde Maó, conscientes también de la incierta temporada turística que se avecina.

Así, las garantías sanitarias e instalaciones (hoteleras, deportivas y clínicas) serán fundamentales en la decisión de la ACB –que debe producirse antes del 31 de mayo, fecha límite para reanudar la competición; de lo contrario, esta quedará cancelada y sin campeón.

En la Isla entienden que aquí se reúnen todas esas garantías, al margen de que cabe esperar cual es la evolución del virus en las próximas semanas, por lo que quizá Madrid, Barcelona u otras localizaciones peninsulares podrían quedar rezagadas en relación a Menorca (aunque en el club desconocen hasta que punto el no haber ya avanzado en ese sentido podría perjudicar sus intenciones). Pero en suma es otro de los posibles que potencian y estimulan el optimismo de la candidatura menorquina, que igualmente disfruta del respaldo institucional (Ayuntamiento de Maó y Consell así lo han transmitido).

En contra
Pero también existe el otro reverso, un agente intangible que ‘entre bastidores’ puede desbaratar las aspiraciones insulares; la ausencia menorquina de la órbita ACB, por lo que el contacto y área de influencia con la competición y sus gestores es inexistente desde hace cerca de un decenio. Canarias, Valencia (que además ya ha ofrecido la Alquería, con catorce pistas disponibles para entrenamientos) y por supuesto Madrid o Barcelona, desde ese prisma prevalecen por encima de Menorca; pero evaluando el escenario en plenitud, en poco más, de ahí que la Isla y el Hestia Menorca proyecten máxima ilusión por recuperar, aunque sea por unos días, la galaxia ACB. A día de hoy, la Isla apunta a ser la mejor y más segura opción.