Primera derrota del Hestia de la temporada | Gemma Andreu

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El Hestia Menorca encajó el primer golpe de la temporada al quebrar en Bintaufa su condición de invicto contra el líder de grupo, el Prat (72-78), una primera derrota que por contra permite al equipo catalán abundar en su vitola de invulnerable (6/0 de récord para el conjunto vinculado del Joventut), fundamentada en un mal segundo cuarto y en una peor puesta en escena tras el descanso por parte del colectivo menorquín, que llegó a arrastrar un diferencial de –23, para, en una de las notas positivas que la derrota legó, remontar el mismo bajo el liderazgo de un Pitu Jiménez imperial.

El exMenorca Bàsquet Marc Blanch, autor de 26 puntos, que sustancialmente convirtió en momentos determinantes de la cita, sobresalió como el factor clave a partir del que se desataron la mayoría de acontecimientos de un encuentro que enmarcó también la descalificación de Otegui (técnica y antideportiva), la mejor versión hasta ahora presenciada en la Isla de Bruno Diatta (17 puntos y 13 capturas para la valoración más elevada de la estadística, 28), que al fin desaforó sus recursos y hambre en lo ofensivo, y a ratos, un Drew Guebert en un suculento estado de actividad en todos los espacios del juego, principalmente actuando de ‘4’ abierto (16 y 6).

Ello se distinguió, junto a la referida soberbia actuación de Pitu y el espíritu y convicción acreditados por el grupo insular para invertir un marcador que en mitad del tercer cuarto se interpretaba inalcanzable (32-55; 34-57), los fragmentos más destacados que rescatar de una matinal que, sin embargo, quedó en exceso condicionada y afeada por el fatídico trecho de cuarto y medio que preludió y sucedió el intermedio.

El Hestia Menorca, que no pudo contar con la aportación de Dijkstra (el neerlandés, mermado por su dolencia cervical, apareció apenas tres minutos, sin tener repercusión ninguna), soportó con argumentos el acelerón inicial liderado por su expupilo y también canterano de la Penya Quim Salvans (’hipermotivado’, hizo los primeros seis tantos, 3-6). Corbacho, con dos aciertos al triple, y Guebert, jugando de fuera adentro, incluso concedieron alguna ventaja al Menorca (15-11; 16-13), que empezó a esfumarse con el agonizar del primer cuarto (20-22).

Vinicius y Doménech, dos prometedores interiores, arropados desde el ‘backcourt’ por el eterno Blanch (38 años), que inició su particular demostración en el que ocho años atrás fue su hogar, dieron rostro a la primera ruptura de consideración impuesta por el Prat, 22-34 (a 4:20 del descanso), que incrementó a una máxima de +15 justo antes de enfilar los vestuarios (28-43; 30-45). El Hestia Menorca sufría en el rebote, carecía de frescura ofensiva y se sentía desbaratado en defensa, impresión y sensaciones que se multiplicaron al retorno del partido. Sendos triples de Blanch establecían un muy preocupante 32-53 (–21), a lo que siguió la expulsión de Otegui tras cometer una antideportiva sobre Creus –con anterioridad, el vasco fue penalizado con una técnica.

El panorama no podía vislumbrarse más oscuro (34-57), y fue entonces cuando el Hestia Menorca, quizá liberado de presión, quizá consciente de que era complicado empeorar como colectivo su versión, y sin lugar a duda, acaudillado por un soberbio Pitu Jiménez, al que se sumaron Guebert y Diatta como pareja interior y focos de producción, se sacudió complejos y empezó a jugar. Y a remontar, logrando despedir el tercer parcial ‘solo’ catorce abajo (48-62).

La reacción ya era real, y Guebert así lo ratificó acertando desde 6.75 (51-62) al abrir el último parcial. Creus caía eliminado por faltas y la inexperiencia también causó mella en un Prat que por de pronto se encontró en un nuevo partido (58-64 a 4:40 tras una poderosa penetración de Guebert culminada con tremendo embate al hierro; un mate brutal).

Diatta, Moreno y Pitu tomaron el relevo del americano y consumaron la reacción (69-68). Pero ahí se agotó el combustible menorquín. Marzo restituyó al Prat en el gobierno del electrónico (69-70), Diatta fue taponado bajo aro, tal vez con falta a 30’’ del final, y Blanch, desde el 4.60, estableció la sentencia (72-76; 72-78).