El pívot neerlandés del Hestia Menorca, Menno Dijkstra, se retira abatido a los vestuarios. | Gemma Andreu

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El Hestia Menorca despidió de modo oficial la temporada 2020/21 en la noche del miércoles, al no poder superar, por apenas tres puntos, la segunda eliminatoria de la fase por el ascenso a LEB Oro, que le emparejó con el Zornotza vasco. El equipo que en los últimos dos meses ha dirigido el entrenador madrileño Javi Zamora –que reemplazó al catalán Oriol Pagès a finales de marzo– se queda por tanto sin poder batallar en el último cruce por ingresar en la segunda categoría nacional.

Y si bien el objetivo no disimulado del proyecto se orientó desde los albores de la temporada en tratar de recuperar la plaza en LEB Oro para la Isla –que no disfruta de presencia en la segunda liga del país desde la desaparición del Menorca Bàsquet, en 2012–, la temporada se ha visto inexorablemente condicionada por el brote de covid que contagió a diez miembros del equipo, entre ellos nueve de sus once jugadores, justo en el preámbulo de la fase de ascenso, lo que además de poner en jaque su disputa incluso, debilitó al colectivo física y mentalmente, y le restó margen para preparar un tramo competitivo de máxima exigencia que en cualquier caso el equipo menorquín ha afrontado, sin necesidad de solución, lejos de sus mejores prestaciones –cuanto menos varios de sus elementos, en los que el coronavirus hizo mella de modo evidente.

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