Un momento del partido

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Errático estreno. El Pinta B Es Castell comprobó a mediodía de ayer en su pista el rigor de la competición, en el partido que estrenó su segunda aventura en Liga EBA. El Pajarraco SESE barcelonés, un clásico del baloncesto catalán y del escenario semiprofesional del contexto estatal, sometió al conjunto menorquín por 58-70, una derrota que no concibió réplica y que dejó traslucir las consecuencias de una pretemporada muy condicionada, de mínimos, como la desarrollada por el colectivo de Gino Rovellada.

Una decepción que sustancialmente se facturó en un mal último cuarto. Hasta entonces, y más allá de la precipitación a la que sucumbió en diversos tramos del encuentro (se amontonaron varios yerros, impropios e enexplicables, bajo tabla), quizá producto del nerviosismo inherente al exceso de deseo por agradar, el Pinta B Es Castell se sostuvo dentro de unos guarismos equilibrados, e incluso por momentos se mostró dominante.

Puesto que, amparado en un Eloi Barrasa muy térmico en todos los espacios del juego, comenzó bien la cita el cuadro local y supo responder siempre a los embates planteados por el SESE, un bloque sólido, duro, de ataque parco en movimientos, pero ordenado y eficaz. Un pragmatismo que advirtió su máxima expresión, después de tres cuartos de partido de incertidumbre (11-13, primer periodo; 26-26, descanso; 42-44, tercer cuarto), en el periodo final, ejecutado por medio de una defensa zonal invulnerable y un elevado porcentaje de acierto (también al triple), y reflejado en un demoledor parcial de 16-26.

Ruiz (16 puntos y 8 rebotes), Codinachs (13), Solé (7 y 9 capturas) y Cruz (10 tantos, y ejecutor con dos triples mortales en el cuarto acto), sin prescindir de la labor interior de Guardia (3 puntos y 9 rebotes) personificaron la notable y triunfal puesta en escena del equipo catalán.

Destacados

Por contra, el Pinta B Es Castell, en el que sus principales estandartes no mostraron su mejor versión –nadie alcanzó la decena de puntos– encontró en el citado Eloi Barrasa y en ciertos fragmentos al argentino Facu Drayer (7) y Armand Albarrán (8), sus principales vías de actividad y proudcción. Ni tan solo alcanzó al equipo menorquín con dominar el rebote (45 a 41), y la diferencia en créditos de valoración, de 46 a 68 en favor catalán, ilustra su dominio en muchos segmentos de un duelo térmico y peleado, al que solo cabe reprochar un tenue altercado, ocurrido con el marcador sentenciado.

    Tras un mate colosal, Robert Halling Leonard se quedó pendido del hierro, recreándose en la acción y golpeando con sus extremidades inferiores a Oriol Muñoz; este empujó ligeramente al jugador con pasaporte sueco del SESE y ambos se enzarzaron. Pero la pareja arbitral se mostró expeditiva, sofocó el incidente y resolvió la situación descalificando a ambos. La anécdota final con la que el Pinta B Es Castell clausuró su primera función de la temporada. Y su primera derrota. Un duro estreno (58-70).