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El Hestia Menorca se despidió de su condición de invicto el sucumbir en pista del FC Cartagena, a mediodía del domingo previo (71-69), y por añadidura queda descolgado del múltiple liderato compartido de la conferencia Este, reducido ahora de cinco a tres equipos; el propio equipo cartaginés, Sant Antoni Ibiza y el Mi Arquitecto Benicarló (3-0).

Después de tres jornadas y un par de desplazamientos, el Hestia Menorca ya conoce lo que es perder (quinto, 2-1). En un partido de agónico final, y ante uno de los equipos que sobre el papel aspirarán al ascenso a LEB Oro, el proyecto de Javi Zamora facturó una derrota en la que, resultado al margen, no todo fue negativo.

Déficits
Empezando por las causas que motivaron la decepción, la más notoria radicó en la falta de puntería del colectivo menorquín, que terminó el partido con un discreto 37% de acierto en tiros de campo, que rebajó a un mucho más descorazonador 16% en tiros de triple (5/32).

Junto con el pobre 10/18 que registró en libres (56%), donde además el equipo insular ensayó mucho menos que su rival (21/30; 70% el Cartagena), damos con el factor troncal de una derrota que no fue más abultada en cierto modo porque tampoco el Cartagena disfrutó de un día aseado ante el aro (13/40 en lanzamientos de dos el equipo murciano). Una estadística de aciertos muy a la baja por parte del Hestia Menorca que también castigó por los instantes puntuales (y trascendentes) en que devinieron.

Otra de las explicaciones y puntos negros de la derrota se encuentra en la escasa coralidad atacante. Se metió poco, pero es que además la producción se concentró en dos rostros: Jermaine Marrow (27 puntos, 20 de valoración, aunque pésimo al triple, 1/6, y continúa una semana más como mejor anotador de la competición), y el francés Thomas Smallwood, que cerró su actuación con dobles figuras (18 tantos y 11 capturas), repercutiendo como soporte del grupo en varios fragmentos del encuentro en los que el Cartagena amenazó con la posibilidad de fracturar el marcador.

Sin embargo, ni el resto de titulares ni la segunda unidad del Hestia Menorca se acercó a las prestaciones esperadas. Tamayo, 8 puntos con cero de valoración; Alderete, que prosigue muy activo al rebote (12; y persiste como líder de la liga en este apartado) y en los intangibles, no casó en esta oportunidad tales réditos con la eficacia (7 puntos con bajo acierto el excanterano de Estudiantes). Orel (3), Gueye (2), Timoner (2), Schilder (2), González (0)… realmente el Hestia Menorca se encontró desprovisto de los mínimos recursos en ataque como para cazar el triunfo en una plaza poco asequible.

A favor
Por contra, del análisis del partido, cabe poner de relieve en el lado positivo el ímpetu y afán de triunfo del grupo aún a conciencia de no ofrecer un buen juego (o por lo menos, no lo suficientemente fluido). Pese a no brillar en muchas facetas, el Hestia Menorca abundó en las que sí respondió (defensa principalmente) para sostenerse y no perder jamás su ‘chance’ de victoria (y que con certeza mantuvo hasta los últimos latidos del partido).

Un aspecto que destaca más si cabe en función de la lozanía del grupo, que con la ausencia de Pitu Jiménez (el madrileño fue padre recientemente, de ahí su ausencia en Cartagena) y la reciente marcha de Corbacho, arrojó un promedio de edad que alcanza apenas los 23 años, lo que si bien delata falta de madurez y experiencia, a la par abriga, en alusión al colectivo, un margen de mejora y crecimiento amplio, y sin a pesar del cual el Hestia Menorca estuvo en disposición de poder ganar en pista de uno de los adversarios más complicados de la presente LEB Plata.

La prominencia, de nuevo, del equipo en el rebote (43 a 40 para el conjunto de Javi Zamora en la plaza cartaginesa, que además sigue al frente del ránking de la liga, contabilizando ambas conferencias, con 47 de promedio por cita), también reclama su espacio en la lectura de un partido en el que, con todo, el Hestia Menorca, hizo menos cosas bien que su rival, así lo ilustra la comparativa en valoración, favorable al Cartagena por 75 a 53, y en consecuencia, se despidiera de su estatus de invicto.