Más de 2.500 personas siguieron el partido en el Pavelló Menorca. | Gemma Andreu

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Hestia Menorca Menorca 69

Gran Canaria Gran Canaria 63

LEB plata | Jornada 13 | 28/12/2022 20:00 | Fin

Histórico. El Hestia Menorca jugará el próximo 28 de enero de 2023 en su hogar de Bintaufa su primera final de Copa LEB Plata ante el Tizona Burgos, luego de sellar este miércoles por la noche, en un partido exuberante, de esos que conquistan a la grada, su clasificación para la misma al someter a un incómodo Gran Canaria en el último partido de la primera vuelta de la fase regular (69-63).

El escolta francés, Edwin Jackson, autor de 15 puntos (doce de ellos en la segunda mitad), se significó nuevamente como el factor diferencial de un Hestia Menorca que contó con otros factores; a título individual, constatar la actuación de Alderete (14 y 8 capturas) y Tomaic (8 tantos, 9 rebotes), y en lo colectivo, la defensa; pegajosa, coral, intimidatoria... lo suficientemente impactante como para detener el acelerón con que el ‘Granca’ se presentó en Maó (enrachado con cinco triunfos seguidos).

El Hestia Menorca, producto de la sensacional primera vuelta que ha delineado, certificaría su objetivo aún cayendo por 19 puntos en contra. Con esa renta virtual por tanto, empezó el partido, y a lo más que se acercó el equipo canario fue a ‘-12’ (5-12, a 4:33 para clausurar el primer cuarto). Aunque mantuvo el dominio en el marcador en diversos pasajes del partido (pero solo hasta el tercer periodo), el Gran Canaria malgastó las oportunidades, muy puntuales, que la velada le concedió. Si no tanto para remontar, cuanto menos sí para poder soñar con ello.

En ese sentido, se distinguió clave la apertura del tercer parcial. Con 31-37, y tras un triple de Serrano, el ‘Granca’ erró otro, de inmediato, para situarse en +9. En la siguiente acción, Jackson hizo uno, Tamayo otro, y a pesar de que el cuadro amarillo soportó los embates del Menorca en los siguientes compases del encuentro, sus posibilidades (también su convicción) se habían desvanecido).

Hasta ese entonces, Tomaic y Arroyo en el primer cuarto; y Alderete y Tamayo en el segundo, sostuvieron la producción menorquina. Pero tras el intermedio, Jackson se hizo con el mando. Del equipo y del partido. Su repertorio de recursos en acciones de 1x1, propias de un perfil absolutamente estelar, ocasionaron un tremendo ‘roto’ en la defensa visitante, como también el brutal mate de Tomaic, para el 45-43, de efecto demoledor en la moral del joven rival canario y que provocó que incluso se estremecieran los cimientos de Bintaufa, además de poner a la grada en pie (anotar, además, que el público arropó al equipo menorquín como en las grandes ocasiones). Desde ahí, liderados por el alero francés (60-50, +10 de máxima a 7’ del término del encuentro) el trayecto hacia la final fue irreplicable (69-63). Una velada histórica.