Pol Molins busca la penetración a canasta tras burlar la defensa de un rival | Katerina Pu

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El Pavelló Menorca acoge en la tarde noche de este sábado uno de los partidos más importantes en la reciente historia del baloncesto y del deporte insular, con la disputa de la final de Copa LEB Plata entre Hestia Menorca y UBU Tizona Burgos (19.30 horas).

Se trata de la primera oportunidad en que el club que preside Oriol Segura, impulsado en verano de 2016 con el objeto de recuperar el baloncesto de nivel nacional para el contexto menorquín, pugna de modo directo por un título, en lo que también, implícitamente, se advierte un examen de máximo rigor para comprobar y evaluar el nivel y estado real del colectivo que dirige Javi Zamora al confrontar de modo directo con uno de los máximos candidatos al ascenso, con certeza, el principal objetivo de la temporada.

No obstante, el premio de cerrar en signo triunfal la velada de este sábado es lo suficientemente suculento, en tanto que permitiría al básquet local inscribir su nombre, en letras de oro, en un torneo cuya relación de ganadores a lo largo del último decenio incluye proyectos como Alicante, Granada, Juaristi, Prat o Castelló, todos ellos actualmente con un estatus superior al de LEB Plata. Indicativo. Y dejando de lado la estadística que sugiere que rara vez el conjunto que se embolsa la victoria en la final logra posteriormente ascender (cuanto menos, en la misma temporada), puesto que ganar esta jornada, realmente significaría también suscribir un mensaje, en cuanto a supremacía, con el resto de la liga como destinatario.

A su vez, el duelo entre Menorca y Burgos por el título, además de evocar, como una suerte de ‘déjà vu’, la final por el ascenso a la ACB de 2010 (el único ingreso a la primera liga, de los dos que celebró la Isla, que cristalizó en Maó, luego de una extraordinaria serie que precisó la disputa de los cinco partidos), supone, bajo un prisma exclusivamente deportivo, un auténtico choque de contraste, al enfrentar al equipo más anotador de LEB Plata, UBU Burgos (promedia más de 88 puntos por partido, nadie mete más por cita en toda la liga) y al más fiable en defensa, el Hestia Menorca (65.4 tantos en contra, ningún otro equipo recibe menos).

Sin embargo, ni la querencia del Tizona Burgos por la actividad ofensiva hace le erige en un colectivo que desatienda sus funciones defensivas (de hecho, en un importante porcentaje sus puntos devienen en acciones de transición iniciadas tras robo o pérdida del adversario, producto de la intensidad con la que actúa el colectivo que dirige Diego Ocampo en todos los espacios del juego), ni el afán del Hestia Menorca por ahogar cada ataque del adversario significa que su libro de estilo prescinda o relegue a un segundo plano su actividad ante el aro rival.

Recursos

De hecho, este sábado noche sobre el parqué de Bintalfa, y al margen de las trazas y estructura de juego que más distingan o representen a uno y otro conjunto, rivalizan los dos equipos más completos de la liga, provistos ambos de una profunda rotación y de una gama de recursos de lo más amplia y variada, lo que hace inviable emitir un pronóstico. La incertidumbre es máxima.

Ni el factor pista ni la presencia del superlativo Edwin Jackson en sus filas, propicia que el favoritismo decline en favor menorquín, tal y como proclamó hace apenas cuatro días el entrenador gallego del Tizona, Diego Ocampo, tirando de esa táctica tan ancestral como aún actual de trasladar la presión al flanco rival. De hecho, el estado físico del alero francés a pocas horas de la final es una incógnita, después de retirarse sin apenas jugar en el último partido de liga (aunque nadie alberga dudas de que será de la partida).

«No está lesionado, pero hemos sido prudentes con él», desveló en ese sentido Javi Zamora, y según el plan seguido con Jackson a lo largo de la semana por el gabinete médico y de recuperación del equipo menorquín. A la par, el entrenador madrileño del Hestia Menorca no tuvo reparo en ‘devolver’ el cumplido a su homónimo en el banquillo burgalés. «Tizona es el equipo más potente de la categoría», comentó el exEstudiantes, rechazando así el favoritismo teorizado y pretendido por Ocampo.

La cantidad de nombres propios que intervendrán en esta final es ingente. Además de Jackson, Alderete, Pol Molins (inmenso en la última aparición del Hestia Menorca), Arroyo, Tomaic, el restablecido Popic... eso por parte menorquina. En la escuadra burgalesa, desde los bases    Cuevas y Ayoze Alonso, hasta los pívots Garmine Kande Kieli, Pa Mor Diene o Abdou Thiam, pasando por el escolta neoyorkino Joe Cremo y el ‘3-4’ argentino Bortolussi, ostentan capacidad para emerger como factores diferenciales de un encuentro cuyo tablero contará con una pieza totalmente novedosa, un agente sorpresa; el serbio Nikola Miskovic, que todavía no se ha estrenado con el Hestia Menorca (firmó hace poco más de una semana con el club insular), un elemento de prestaciones propias a una liga superior (2.08 de altura y puede actuar de ‘3’ y de ‘4’) y de estimulantes referencias (catalogado, no hace mucho, como uno de los principales ‘prospect’ europeos de su generación), lo que además de incrementar las opciones de Zamora sobre la pizarra, en proporción inversa complica la labor previa al partido del Tizona, que carece de ‘scouting’ alguno para poder valorar la incidencia y repercusión de este jugador para con el roster y juego menorquín. Quizá podría ser esta una baza más para contrarrestar la exuberante eficacia del rival burgalés, un colectivo que apenas presenta fisuras, que aterriza en la Isla después de ganar 16 de los 17 partidos que ha jugado esta temporada y enfrascado en una racha abierta de seis victorias consecutivas con el objetivo de conquistar la que sería su tercera Copa LEB Plata (se hizo con los títulos de 2005 y 2006). El cuadro insular, por su parte, busca la primera. Hestia y Tizona. Menorca ante Burgos. Todo por la Copa.

El apunte

Los precedentes conceden el favoritismo al equipo menorquín

La final de Copa LEB Plata de esta noche en el Pavelló Menorca será la décimo quinta (este formato a partido único se implantó en 2009). En función de lo que indica la historia, el hecho de jugar como equipo local concede al Hestia Menorca un mayor número de opciones de ganar. Así, de las 14 ediciones anteriores, en diez el campeón fue el equipo de casa (71%), y solo en cuatro, el triunfo fue visitante. Unas cifras, en clave insular, de lo más evocadoras.