La intimidación en la zona y la capacidad de liderazgo desde la humildad y el saber estar son el sello de identidad de Víctor Arteaga (San Clemente, Cuenca, 1992).
En una segunda vuelta en la que ha ido de menos a más, el ‘5’ referente del Hestia Menorca quiere guiar al equipo hasta la tan ansiada permanencia. Para ello, a nivel personal ha debido sobreponerse a la aciaga noche de los tiros libres frente a Cartagena y ahora deberá dominar la pintura como nunca si el conjunto de Javi Zamora quiere tener una mínima oportunidad de victoria frente al recién ascendido San Pablo Burgos.
¿Cómo lleva estos días y semanas complicadas para el equipo?
—Llevamos una racha un poco mala y hay que sobreponerse a ello. Estamos trabajando bien durante todo el año y estas rachas pueden aparecer, pero hay que intentar darle la vuelta lo antes posible.
En su condición de jugador experimentado, ¿qué papel asume dentro del vestuario para levantar los ánimos de un grupo tan joven?
—Intento que todos estén contentos y trabajando bien, que es lo más importante.
Tenemos muchos jugadores jóvenes y eso nos da esperanza y empuje en los entrenamientos y a la hora de jugar en los partidos. Lo han demostrado todos y estamos en buena dinámica. Hay que seguir así hasta el final.
¿El entrenador, Javi Zamora, le insiste en que esté encima de los jóvenes para aconsejarles o es algo que ya asume que debe hacer de forma natural?
—En líneas generales, me dice que debo estar pendiente a no cometer los errores que se piden. Tengo un poquito más de veteranía, por lo que voy a intentar que esos errores, por mí, no vengan, además de que el equipo esté concentrado e intentar que cada semana sea mejor.
El deporte deja momentos para todo. Ya sabe que estoy obligado a preguntarle por esos tiros libres contra el Cartagena, uno de los palos más duros de la temporada. ¿Qué se le pasó por la cabeza en ese momento?
—Estos casos se dan: dos tiros libres para ganar el partido en los últimos segundos son complicados.
Intento mantener la cabeza fría: sé que te puedes poner nervioso, la muñeca puede empezar a temblar... Son muchos factores y al final tuve la mala suerte de que los dos se salieron. Intenté tirarlos como te decía, con la cabeza fría y la máxima confianza, pero se salieron.
En ese instante, ¿notaba el nerviosismo que transmitía la grada y el silencio que se hizo?
—Esa responsabilidad de meter los dos tiros libres te da un poco de nervio, pero una vez que estás en la línea de tiros libres, tú haces tu rutina e intentas evadirte de todo para lanzar lo mejor posible.
¿Es cierto que, afectado por lo ocurrido una hora después del partido aún ni se había duchado?
—La verdad es que estaba bastante triste por haber fallado esos dos tiros libres y no haberle podido dar una victoria importante al equipo, que es lo que más quería y lo que más me fastidió en ese momento.
Tardé un día en asimilarlo, pero son cosas que pasan. Hay que intentar cambiar la mentalidad y seguir hacia delante.
¿Que el partido en Zamora estuviera a la vuelta de la esquina ayudó a pasar página más rápido o continuaba teniendo ese desasosiego?
—Le das un poquito más de vueltas de las que quieres. Mis compañeros y familiares me apoyaron mucho e intentaron que no me afectase para los siguientes partidos porque en tres días jugábamos en Zamora. Por esa parte les estoy muy agradecido.
En este caso, ¿qué le decían el ‘míster’ y los compañeros, que al final también son amigos?
—Que no pasa nada, que son cosas del deporte. No perdimos el partido solo por esos tiros libres, sino por consecuencia de los errores que se cometieron durante el partido. Están todos conmigo y me apoyan.
Su pareja, Alejandra Quirante, también ha sido jugadora de baloncesto. ¿Llegar a casa y tener a alguien que ha compartido profesión y que le comprende, lo hace todo más fácil y llevadero, no?
—Tener esa compañía en casa te motiva y hace que te evadas de todo eso para seguir adelante, que todavía quedan partidos y hay que estar ‘focus’ en todos ellos.

En el plano personal, ¿qué tal la vida en la Isla con su pareja ya instalada aquí esta campaña?
—Estamos mucho mejor aquí los dos juntos. Nos apoyamos y creo que eso es importante para mí a la hora de jugar partidos.
Saber que va a estar aquí cada fin de semana es un apoyo muy grande.
Al tenerla al lado, ¿se siente más relajado y liberado?
—Sí, sí. Mucho más relajado y concentrado en lo que tengo que hacer en mi día a día.
Creo que se ha notado durante toda la temporada y estoy contento por esa parte.
¿Era algo que en el curso anterior le podía llegar a trastocar a nivel anímico?
—No, al final hay que saber llevarlo y cada uno está enfocado en su trabajo.
A ella le tocó estar en Mallorca y a mí aquí, en Menorca. Había que llevarlo de la mejor manera posible y asumirlo.
Y en el aspecto deportivo, ¿cómo valora su año hasta el momento? ¿Considera que ha tenido un crecimiento en el segundo tramo de temporada?
—No, creo que me he encontrado bien durante toda la temporada. Sí que es verdad que a lo mejor en diciembre mi rendimiento bajó un poquito y lo sabía. Sabía que tenía que esforzarme más y darle la vuelta porque el equipo me necesitaba.
Esta segunda vuelta ha sido positiva y hemos ganado partidos importantes. Queremos seguir así en estos dos partidos que nos quedan.
¿A qué factores achacaría ese punto de inflexión personal en diciembre?
—Más que nada, a mí mismo. También por el equipo, que al final somos doce jugadores, no somos solo uno.
Tenía que estar lo mejor posible para que mis compañeros confiasen en mí igual que yo confío plenamente en ellos. Creo que a partir de ahí el equipo puede ir hacia arriba.
¿Siente la presión de ser el pilar del equipo en el juego interior? ¿La canaliza de forma adecuada?
—La llevo bien. Creo que ya llevo unos cuantos años aquí jugando y para mí es importante.
Tengo unos compañeros que cada día me hacen mejorar y tengo que agradecérselo. Me siento responsable de que el equipo vaya bien y estamos trabajando en ello.
¿Diría que la fuerza de este grupo reside en la unión y la química que existe entre todos?¿Eso es lo que les puede llevar a conseguir el objetivo?
—Sí. Para mí es fundamental que los doce jugadores estén bien, en forma, nos llevemos bien... Pasamos mucho tiempo juntos entrenando y en viajes, por lo que se forma una química a la hora de jugar.
En descenso a falta de dos jornadas para el final y llega la visita del campeón y recién ascendido a ACB, el San Pablo Burgos, que va camino de romper todos los récords. ¿Hay imposibles en el baloncesto?
—Lo afrontamos como un partido más. Ellos no van a venir relajados ni mucho menos. También tienen ese fuego interior de competitividad.
Jugar con equipos top es lo que nos hace crecer. Ahora que son los campeones, ¿por qué no poder vencerlos aquí en casa?
¿Qué factores deben darse para que el equipo?
—Sobre todo, la concentración. No podemos darle al rival contraataques fáciles, pérdidas... Creo que eso es fundamental en nuestro equipo y una de las cosas que debemos mejorar.
¿Por qué la afición debe acudir en masa a este partido tan importante?
—Son un jugador más para nosotros. Que nos apoyen al 100% como han hecho toda esta temporada en la que han sido fundamentales para nosotros.
Son una energía extra para salir concentrados al partido y vamos a dar todo lo que tengamos hasta el minuto 40.
1 comentario
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mira. ,Arteaga, mes animat dema com a darre partit a ca nostra, vindrem a animar sa equipu, com sempre. i resignats a colsevol cosa, visca es Basquet !!!