El ciclista de Ciutadella, Albert Torres, se fotografió en su casa de Palma, antes de entrenarse.

TW
0

Cuando en Menorca e incluso en España prácticamente ni se hablaba de la covid-19 o tan solo se la catalogaba como de una «gripe fuerte», el ciclista de Ciutadella, Albert Torres, hacía estallar todas las alarmas desde Abu Dhabi, conde estaba disputando el UAETour 2020 con su nuevo equipo, el laureado Movistar Team navarro. Ayer, más de dos meses después, el rodador menorquín volvía a subirse a la bicicleta para ejercitarse en la carretera. En España, los deportistas profesionales, aquellos a quienes afecta directamente el parón de la actividad, volvieron ayer a entrenarse ya de manera individual y para Torres, atrás quedó ya el mal sueño vivido durante la cuarentena a la que fue sometido en el hotel de los Emíratos Árabes y los casi dos meses de confinamiento, a causa del coronavirus.

Volver a sentirse ciclista

Reconocía ayer por la tarde Torres en «Es Diari» que las sensaciones fueron especiales al salir por la mañana a hacer kilómetros, tras unos 50 días de rodillo desde su casa, en Palma de Mallorca. «La verdad es que ayer sentí cosas diferentes a las que estaba acostumbrado. Y muy extrañas», exclamaba el insular, que valoraba muy positivamente que, al fin, «hubiera podido salir a la carretera a entrenarme tras este largo tiempo de confinamiento en casa». No dudó Torres en afirmar que la de este lunes fue «una buena noticia».

El ciutadellenc rodó en su primer día libre durante unas tres horas aproximadamente; unos 100 kilómetros de tirada, con la vestimenta de su nuevo equipo claro, el Movistar Team y siempre afrontando la realidad de haber estado casi dos meses en casa, con un ejercicio físico inferior notablemente al habitual. «Si bien es cierto que las ganas de pedalear y volver a ser el de antes están, hay que tener algo de sentido común, tras haber estado realizando muchas sesiones sí pero más cortas en casa, de una hora o poco más». Tras levantarse el confinamiento para los ciclistas profesionales, ya avanza Torres que paulatinamente, «iremos subiendo el ritmo y la exigencia de los entrenamientos, en cuanto a volumen, de hasta cinco horas, por lo que es clave empezar poco a poco y no querer hacer verdaderas barbaridades en esta primera semana porque el cuerpo necesita adaptación», analiza. Más allá de retos profesionales a los que deberá lidiar hasta llegar a los JJOO del 2021, para Torres lo importante es ahora «volver a ejercer mi profesión y sin ninguna restricción horaria», indica el rodador, que puede moverse por toda la isla de Mallorca. Un Torres confiado en que a medida que vayan pasando las semanas, «todo vuelva a la normalidad pero con mucha paciencia y calma», avisa. Estos meses de mayo y junio Torres se ejercitará con la conciencia de que serán «meses clave para poder construir una buena base de entrenamiento, al no tener por ahora competiciones a la vista, advirtiendo y reconociendo que este parón de 50 días confinado en casa, en Palma, «ha cambiado considerablemente los planes.

Como todo parece indicar, en estos días la UCI debe publicar ya el nuevo calendario ciclista, tras haber establecido las variaciones de la hoja de ruta de las competiciones, a causa de la covid-19. «Según tengo entendido, será el próximo 1 de agosto cuando retorne la competición, por lo que tenemos tiempo todavía para prepararnos a fondo», piensa en voz alta el ciclista de Ciutadella. «Luego será el momento de hablar ya en calma con el Movistar Team y ver qué calendario interesa pero ya se verá; yo, feliz de haber salido a correr ya fuera de mi hogar», insiste.

Albert Torres, durante esta entrevista concedida a este diario, también habló del retraso por un año de su gran sueño, los Juegos Olímpicos de Tokio, que pasarán a celebrarse en julio y agosto del 2021. «La decisión bajo mi punto de vista fue súper acertada porque cuando iban apareciendo noticias en los medios de comunicación que decían que se querían celebrar estos JJOO este mismo año, pienso que todos los deportistas lo veíamos directamente impensable», exclama convencido el menorquín.

Además, proseguía Torres, que se trataba de una situación «totalmente incómoda, ya que muchos deportistas no podían entrenarse o debían hacerlo desde casa, con ciertas o muchas limitaciones». En su caso, lejos de convertirse en un contratiempo, le otorga «tranquilidad para entrenar y hacer las cosas bien, como se hubieran hecho de no pasar lo del coronavirus».