Albert Torres, en una imagen junto a su familia, tras un verano ajetreado | A.T.B.

TW
1

Aprovechando unos pocos aunque merecidos días de descanso en Ciutadella junto a su familia, el ciclista Albert Torres nos ha avanzado en «Es Diari» sus intenciones de futuro de cara al 2023, garantizándonos que tenemos ciclista aún para rato. Un porvenir que pasa de manera prácticamente definitiva por la carretera –sin pensar en unos posibles Juegos Olímpicos 2024– y un año más en el Movistar Team, con quien renovará. Torres, mientras hace de padre en su casa en Mallorca, nos muestra una vez más su exquisita madurez.

Después de un verano movido con el Tour de Francia y un mini descanso en la Isla, ¿en qué está ‘metido’ ahora?

—Pues encarando el final de la temporada con el Movistar Team, ya que entre septiembre y octubre tenemos muchas carreras de un día. Si no haces la Vuelta tienes la alternativa de estas clásicas, también un calendario muy exigente y corriendo mucho por Italia o Bélgica.

¿Ya sabe por tanto cuál es su siguiente compromiso?

—La verdad es que todavía no, ya que va en función de las necesidades del equipo y del momento de cada corredor, siendo una plantilla de 30 ciclistas. Además, varios compañeros están dando positivo por covid-19 y ello también influirá en el equipo a la hora de tomar decisiones.

La Vuelta a España le ha tocado verla por la TV, como siempre. ¿Se lo esperaba después de Tour y Europeo de pista?

—No me sorprendió en absoluto y era un tema que ya lo habíamos hablado con el Movistar, que ya había hecho el Tour de Francia. Para el equipo el Tour era muy importante, salvarlo con las máximas garantías y pensando en Enric Mas, si bien no fue posible por el coronavirus, que tuvo que abandonar.

O sea, nada decepcionado por no ir a la ronda española...

—No porque estaba hablado, si bien admito que me ilusiona, como español. Era difícil doblar Tour y Vuelta, el equipo para estos días ha cogido gente experimentada en estas dos grandes carreras y venía de un calendario duro a principio de curso. Hay que dosificar bien los esfuerzos. Si haces el Tour casi tienes claro que no harás LaVuelta, además del estado de forma o del final de temporada.

Por tanto ahora, pendiente de la nueva dirección del equipo.

—Aún no sabemos nada seguro y más, repito, con las bajas que se están dando por positivos en covid-19 en el equipo. Tenemos bastantes carreras en septiembre y octubre, eso sí. Ya se verá.

Estamos cerrando curso 2022 casi y un año algo convulso para el Movistar, jugándose aún la categoría. ¿Ya tiene nada hablado de su futuro?

—Las intenciones son las de seguir y renovar una temporada más. Al final, empecé el 2020 y año tras año he ido cogiendo experiencia y aprendizaje. Cuando te dan un año el Giro de Italia y luego, pese a no estar en los planes iniciales, te llevan al Tour de Francia, te demuestran lo que cuentan contigo. Son pasos importantes y te da confianza para seguir creciendo.

¿Se lo dicen en el Movistar que están contentos con sus prestaciones individuales?

—Sí, ellos saben muy bien cuál es mi tarea y yo también soy súper consciente de cuál es mi rol en el equipo. Estoy encantado en el Movistar y no, no me ficharon para ganar carreras, al contrario; para ayudar a los compañeros, los líderes en este caso, para trabajar específicamente en función del recorrido. Esta es la filosofía marcada por mi tipo de corredor.

A veces cuesta de entender...

—Bueno, ya sabemos que ganar es muy bonito pero vencen los elegidos. Si te adaptas a las necesidades de los equipos y te valoran por su trabajo es todo y muy importante. Que líder y equipo estén contentos.

Confirmado que seguirá en el Movistar y tras hacer ya Giro y Tour. ¿Toca la Vuelta 2023?

—Es la ‘grande’ que me falta sí pero irá en función de las necesidades del equipo. A veces te planteas unas cosas pero el equipo es quien decide el equipo y quién lo lidera.

Hablemos de la pista. Según avanzan en Trackpiste, todo parece indicar que España no estará en la Madison del próximo Mundial...

—Si soy sincero, hice este Europeo tras un año sin competir ni tocar una pista, centrado en la carretera. No tenía la pista aparcada pero el año pasado no pude hacer ni Europeo ni Mundial al romperme la clavícula y luego me rompí el radio, ante de la Copa del Mundo de Glasgow. Estas lesiones han dificultado sumar puntos para el Mundial, si bien desconozco si finalmente estará España o no, de verdad.

¿Sería una decepción en el caso suyo y de Mora?

—Sabía que para estar, con tantas lesiones, era muy difícil. De haber estado bien habríamos entrado sobrados, seguro. Pero si estamos bien y sino, también, toca asimilarlo si España no accede. Para ir a Tokio ya tuvimos que puntuar al máximo, sin lesiones.

¿Tiene apuntado en la agenda ir a los JJOO de París 2024?

—La verdad es que no, sinceramente. Tokio sí era una prioridad, París no, porque estoy en un equipo de carretera, al que me debo, y la ruta es mi prioridad. En los últimos Juegos sí me preparé y luché por estar, compaginando ruta y pista pero ahora los retos –sin cerrarme nunca a nada– no pasan por pensar en París. Mis pensamientos están en la carretera y mi implicación con la pista variará desde ahora.