Gran partido. El Villacarlos de Bahamonde ofreció una buena imagen y venció a uno de los favoritos - Gemma Andreu

TW
0

Algo está pasando en Es Castell. Es una mezcla de ilusión, trabajo y una pizca de suerte. No se sabe cómo acabará la temporada, pero el juvenil del Villacarlos empieza a ser algo más que el equipo revelación. Por lo menos en casa.

Ayer, en un partido muy apreciable, con un gran desgaste físico y mucha concentración a lo largo de los noventa minutos, con la inteligencia de ser muy agresivo en el primer tiempo y muy "pillo" a la contra en el segundo, superó a uno de los "gallitos", el Atlètic Balears, por 4-2. Ahora los amarillos son cuartos con 23 puntos, igualados con los mallorquines y a tan solo tres del segundo, La Salle.

Decir que el rival no se esperaba la situación que se iba a encontrar quizá sea excesivo. De hecho, una rápida consulta antes del encuentro al cuerpo técnico rival demostró que conocían a más de un jugador local. Pero sí es cierto que a los mallorquines se les vio tremendamente incómodos ante el equipo de Bahamonde, sobretodo en el primer tiempo, cuando los amarillos incluso tuvieron mejores oportunidades y uno de los locales, Martín Pasantes, empezó a mostrar que tendría un día para enmarcar.

Suya fue la ocasión más clara -una falta en el primer cuarto de hora- y suyo fue el primer gol del partido, quince minutos después, en una jugada en la que cabeceó un balón que rebotó en el larguero tras un tiro de Joan Pons. Ese 1-0 en el minuto 30 era un premio totalmente justo a lo que se vio. El Villacarlos, sin miedo. El Balears, viendo que se tendría que esforzar más de lo que pensaba.

Tras el descanso el Balears empató con un autogol de Pedro Orfila tras un centro del extremo visitante Sergio Palma. Más de uno pensó en la lógica del grande contra el pequeño y que los blanquiazules pondrían la directa, pero un detalle se encargó de que no fuera así.

Bahamonde tenía una bala en el banquillo. Con el 1-0 a favor, intuyó que el rival se iría arriba. Y tener un jugador rápido para salir al contragolpe iría la mar de bien. El técnico acertó. Sentó a Ruben Torres y sacó a Ricky. Y en el minuto 64 marcó el 2-1 en un tiro cruzado tras atravesar el eje de la defensa y con voltereta de celebración de regalo.

El Balears volvía a tener un problema y es cierto que el Villacarlos, además, tuvo algo de suerte. Intensificaron su ataque, pero fue Jaume Maria el que marcó tras una serie de rebotes dentro del área. Minuto 73 y 3-1. El Muncipal vibraba con estos chicos... aunque dos minutos después admirara la maestría en una falta frontal de Andreu: colocó el balón limpio y lejos del alcance de Marc estableciendo el 3-2 en el 75.

El Balears insistía, pero también el Villacarlos respondía, no se arrugaba. Por ahí llegó el cuarto, cuando Migue forzó una acción en ataque que acabó en manos y en el penalty que transformó Martín Pasantes en el definitivo 4-2. Una victoria de prestigio y para soñar.