Canteras muy nutridas. Jugadores del Alcázar, sobre estas líneas. Los azulgrana en fútbol y los rojos en basket, destacan como dos de los clubes de la Isla de mayor apuesta por el trabajo con la base. También por el ingente número de niños que manejan en sus respectivas factorías. | Javier Coll

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CD Alcázar y CD Menorca apuestan por el hermanamiento. Y quien sabe si, en función del discurrir del tiempo, por una vinculación mayor. Tras años compartiendo vecindad sin ningún tipo de relación -sus respectivos 'hogares' se ubican uno frente a otro en la céntrica Albert Camus de Maó-, las directivas de ambos clubes han decidido iniciar una batería de acciones por medio de la que estrechar lazos, «y quien sabe si para algo más en el futuro», desliza el vicepresidente alcazareño, Pito Enseñat en ese sentido.

El ligazón entre estos dos históricos de nuestro deporte -la entidad azulgrana es la decana del fútbol menorquín; y la roja lo es en baloncesto- arranca el domingo y lunes a devenir con una jornada lúdica, deportiva y social que por día y medio convertirá la vía en que residen -que se cerrará al tráfico expresamente- y sus respectivos campos de juego en una suerte de epicentro deportivo que, según las estimaciones de los propios clubes, puede oscilar el millar de asistentes.

Entre las 16 horas hasta la noche, basket y fútbol, desarrollado en diversas actividades sucedáneas -se ubicarán pistas transversales tanto en el Estadio Mahonés como en el Sínia Costabella para que los canteranos de cada club puedan probarse-, barbacoa, a coste de poco más que la voluntad, y una sesión de DJ Chicha, cubrirán el programa dominical. Esta primera jornada de hermanamiento entre los dos clubes concluirá el lunes, en el que se promoverán más juegos, torneos de pádel y un concurso de paellas, cocinadas por directivos y padres de los jugadores, y en el que 'rivalizarán' ambos clubes para posteriormente ser degustadas colectivamente.
El Ajuntament de Maó colabora en la iniciativa, y cerrará el acceso al tráfico en Albert Camus.