Bajo un fuerte viento, mucho frío y con un final lluvioso, los de Mori lograron tres puntos muy importantes, celebrados con efusividad | Kika Triay

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Triunfo de los que reconfortan y agradan la cuerpo técnico, equipo y afición. Ayer por la tarde el Penya Ciutadella se desquitó del mal tiempo y de posibles fantasmas que merodeaban sobre Son Marçal y logró un triunfo balsámico 2-1 frente a un Platges de Calvià que, por otro lado, demostró el por qué de su delicada situación en la tabla. Tres punto que llegaron con sangre, sudor y lágrimas puesto que los azulados se quedaron con diez jugadores por la doble amarilla a Fullana a los 39 minutos. Un hecho relevante que el Platges ni supo ni pudo aprovechar, negado de medio campo hacia adelante y apenas con el gol en el descuento como única ocasión.

Una victoria ciutadellenca que sienta muy bien al Penya, que ayer mostró un once titular cargado de novedades ante las bajas de hombres como el meta Aaron, José Enrich, Marc Ametller o Pau Rioja.


Salió valiente el equipo local con el 4-4-2 que dispuso Dani Mori sobre el césped, con Llonga y Zurbano como pareja de baile delante. Así las cosas, y estos primeros 45 minutos con el viento a favor, los primeros compases no encontraron el dominio menorquín sobre el terreno de juego ante un rival necesitado pero inofensivo. En una de las escasas oportunidades visitantes, en el minuto 10 Fede obligaba al joven meta local Pepe a lucirse. Tres minutos después era Llonga quien perdonaba el tanto inicial con una semi volea que se marchaba al larguero.

Estaba animado el juego en estos primeros compases de partido y el 1-0 llegaría a los 21 minutos de falta directa botada por el ayer titular Chupi, que acabaría rozando levemente Llonga –pegado a la barrera– para acabar en las mallas de Alfredo. Pintaban bien las cosas en Ciutadella aunque la alegría duraría poco ya que a seis minutos para el final Fullana dejaba con diez a los suyos por la segunda amarilla, lo que obligaba a Dani Mori a sentar a Zurbano por el joven Biel.

Con el resultado a favor pero el viento en contra y en inferioridad numérica, tocaba trabajar y remar duro. Y así lo hizo. El encuentro transcurría sin apenas ocasiones y era el cuadro de Mori quien llevaba el peso del mismo, sin inquietar en exceso a Alfredo. La tranquilidad se vería alterada en los últimos 20 minutos. A los 71 minutos Marcos lanzaba el balón alto, con más pena que gloria, y a los 79 parecía llegar la sentencia para el Penya con el merecido tanto de Izan, tras un pase de Llonga que dudó entre chutar o asistir.

Un 2-0 que parecía definitivo viendo la inoperancia de un insulso Platges y un Penya centrado y seguro. No obstante, a los 81' Pepe perdonaba el 2-1 de José Mari, tanto que sí llegaría en el descuento de Bestard que cerró el duelo.