Pau Carbonell (c), delegado y árbitro de categoría especial

TW
1

El pasado fin de semana, el árbitro Mamadou Sow denunció un episodio de agresión verbal por insultos racistas hacia su persona en un partido de fútbol de alevines por parte de dos padres, en Zaragoza.

Un hecho similar no parece tener cabida, afortunadamente, en el ámbito balompédico insular. Así se desprende tras pulsar la opinión de Pau Carbonell, delegado del comité de árbitros de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB). «No hay insultos racistas en los campos de fútbol de Menorca», afirma.

«Menorca es muy tranquila en este aspecto, el público no tiene actitudes racistas», refuerza, «en nuestro colectivo figuran dos árbitros de origen marroquí y nunca he recibido de ellos queja alguna por este motivo».

Sin embargo, el insulto recurrente y gratuito -directo o a algún familiar- sí sigue siendo un elemento común en las estadios menorquines, aunque carezca de connotaciones discriminatorias por cuestiones étnicas.

Lea la noticia completa en la edición impresa del 02 de febrero en Kiosko y Más