El tiempo juega en contra del Mercadal y del Penya, obligados por la coyuntura del calendario a sumar una cantidad de puntos superior o igual a sus mejores rachas del curso. | Josep Bagur Gomila

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La amenaza del descenso para el CE Mercadal y el Penya Ciutadella Esportiva es tan real como que la convivencia con la espada de Damocles deportiva ha pasado a ser ordinaria desde hace un buen puñado de jornadas. Y ya no queda otra que sacar la calculadora, aunque el «partido a partido» del cholismo sea el clavo ardiendo al que agarrarse para no precipitarse a un prematuro salto al vacío.

Restan ocho jornadas por disputarse. Veinticuatro puntos. Y en función de la clasificación respectiva, se atisba necesario sumar mínimo el cincuenta por ciento -alguno más en el caso del Penya- para atrapar una plaza que otorgue la continuidad en la categoría. Si rebajamos el corte de la permanencia a los 38 puntos -en lugar de los 40 tradicionales-, el Mercadal debería agregar 12 puntos a su estado actual (26), mientras el equipo de poniente fijaría su cometido en añadir 16 puntos más a los 22 presentes.

¿Imposible, improbable? Ni lo uno ni lo otro, aunque tanto Mercadal como Penya Ciutadella tendrán que firmar un último tramo del calendario poco menos que inédito -o lejano en el caso rojiblanco- en el presente curso.

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