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Francamente mal está a día de hoy la situación para el Penya Ciutadella, que a falta de dos jornadas para la finalización del campeonato liguero, ve como la permanencia es casi ya una utopía. No fue el pasado sábado un buen día para el voluntarioso equipo azulado, que a solo dos jornadas para finalizar la liga balear se queda a cinco puntos de la línea de salvación, en la que está ubicado el CE Mercadal. Una 17ª plaza que servirá para salvarse si el RCD Mallorca logra atar la categoría en LaLiga 1,2,3 o bien alguno de los baleares participantes en los Play off de ascenso a Segunda División B sube a la liga de bronce.

Un Penya venido a menos estas últimas semanas pese a su buena segunda vuelta no pudo sumar un resultado positivo para sus intereses el sábado en el Municipal de Son Marçal y ante el Collerense, equipo que fue 'bailado' por los de Vadell. Un empate 0-0 que dejó 'tocados' a los menorquines y que les obliga a sumar los dos encuentros que le quedan– en Santa Catalina y aquí con el Platges– y esperar que fallen los demás; entre ellos, el Mercadal de Lluís Vidal.

Uno de los artífices de esta espectacular segunda vuelta del Penya, Édgar Llabrés, reconocía ayer a «Es Diari» que tras no lograr ganar el sábado, «el ánimo del vestuario quedó un poco mermado ya que el equipo se esforzó al máximo para poder sacar un buen resultado pero no pudimos completar las ocasiones que tuvimos, que no fueron pocas», lamentaba. «Creo que no se nos puede reprochar a ninguno la entrega que tuvimos; fuimos al ataque desde el minuto 1 y buscamos la victoria pero los nervios también nos jugaron una mala pasada», reconocía, viendo, como el mismo Vadell asumía también tras el partido, la salvación «bastante difícil, pero mientras no sea matemático tendremos que luchar hasta el final y yo sí creo en la salvación. Cosas más raras se han visto en el fútbol y nunca se sabe lo que puede pasar aunque somos conscientes de que está complicada, no imposible».