Miquel Bestard, presidente de la Federació Balear, durante un acto oficial en Mallorca

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Los presidente de la federaciones territoriales reunidos en Madrid, entre ellos Miquel Bestard, presidente de la FFIB, esperan un gesto de Ángel María Villar y concretamente confían en que el presidente ahora inhabilitado de sus funciones dé un paso al costado y dimita como paso previo a la convocatoria de elecciones. El próximo día 7 de septiembre está prevista la celebración de la junta directiva de la RFEF y las territoriales esperan que antes de esa convocatoria, Villar haya entendido que lo mejor en este escenario es dimitir de su cargo y facilitar unos nuevos comicios.

Si bien es cierto que algunos presidentes han rechazado en todo momento la gestión de Villar, tanto ellos como los que han sido afines a su mandato esto años, ahora entienden que la situación es insostenible y que se debe orquestar una solución con el fin de volver a normalizar el funcionamiento de la Española. En estos momentos es Luis Rubiales, presidente de la AFE, el candidato que más consenso reúne entre los presidentes de las territoriales y salvo tres o cuatro, lo ven como un hombre que puede reconducir una situación muy crítica.

Sin embargo, si hay una persona difícil de interpretar es Angel María Villar, cuyo objetivo pese a su inhabilitación y a estar libre por haber abonado una fianza de 300.000 euros, es situar en la silla presidencial a una persona de su confianza. En este sentido y si la situación se enquista y el vasco no dimite, se podría orquestar otro movimiento dentro de la Española como promover una moción de censura. El Consejo Superior de Deportes (CSD) decidió en su momento suspender cautelarmente a Villar como presidente de la RFEF y también al vicepresidente Juan Padrón por un año.

Fianza

Villar entró en prisión el pasado día 20 de julio y permaneció en Soto del Real hasta el dos de agosto tras pagar tanto él como su hijo las fianzas fijadas para disfrutar de libertad bajo condiciones. Los problemas con la justicia de Villar se iniciaron tras la operación 'Soule', por la que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz le acusa de administración desleal, apropiación indebida y/o estafa, falsedad documental y corrupción entra particulares.

Por esta misma operación también fueron encarcelados su hijo, Gorka Villar, y el vicepresidente primero de la RFEF y responsable de la federación territorial tinerfeña, Juan Padrón. Ambos también abonaron sus fianzas y se encuentran al igual que Villar en libertad condicional.

La decisión del CSD de suspender por un año a Villar se produjo después de que el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) decidiera por unanimidad abrir expediente disciplinario a Villar, a requerimiento del Consejo Superior de Deportes.

El primer gesto que tuvo Villar fue durante su estancia en prisión cuando dio a conocer que había presentado su dimisión como vicepresidente de la UEFA y miembro del Comité Ejecutivo de esta organización. Villar, que llegó a la presidencia de la Federación Española en 1988, entró en el Comité Ejecutivo de la UEFA en 1992 y desde 2002 ocupaba una de las cinco vicepresidencias, la primera hasta el pasado 5 de abril, cuando en el 41º Congreso celebrado en Helsinki el sueco Karl-Erik Nilsson le reemplazó. Su condición de presidente primero cuando el francés Michel Platini fue sancionado por la FIFA y tuvo que dejar la presidencia de la UEFA hizo que Villar asumiera las funciones de éste.

Candidatura

Villar llegó a presentar su candidatura a presidir la UEFA en las elecciones del año pasado, pero finalmente la retiró antes de las votaciones, en las que el esloveno Aleksander Ceferin ganó el cargo al otro aspirante, el holandés Michael Van-Praag.

Ahora el próximo gesto que esperan los presidente de las territoriales es que, al igual que ha dejado sus cargos en el organismo europeo, también deje de la presidencia de la Española, dimita de su puesto y facilite la convocatoria de nuevos comicios. En Las Rozas de momento impera la provisionalidad.